El impuesto a la comida chatarra ya se aplica en seis países de Europa y la región

En países como Dinamarca, Hungría y Finlandia se implementaron impuestos sobre alimentos con altos contenidos de grasa y azúcar.Foto: Archivo EL COMERCIO

En países como Dinamarca, Hungría y Finlandia se implementaron impuestos sobre alimentos con altos contenidos de grasa y azúcar.Foto: Archivo EL COMERCIO

En países como Dinamarca, Hungría y Finlandia se implementaron impuestos sobre alimentos con altos contenidos de grasa y azúcar.Foto: Archivo EL COMERCIO

La creación de impuestos a la comida poco saludable o comida chatarra no es nueva y se ha venido implementando en Europa desde el 2011 y, en la región, desde el año pasado.

Sin embargo, el debate se ha desatado en toda la región en los últimos cuatro años, sobre todo a raíz de los anuncios y estudios de la Organización Mundial de Salud (OMS) que recomiendan a los gobiernos a escala global, tomar medidas para detener el incremento del sobrepeso y la obesidad.

En el Ecuador, el presidente Rafael Correa dijo el fin de semana que se ha pensado en un impuesto a la comida chatarra, para financiar el sistema de salud pública.

Esto, con el fin de que pueda enfrentar el incremento de la demanda de sus servicios en el futuro, provocado por los malos hábitos alimenticios de los ciudadanos en la actualidad.

Bajo un argumento similar, en el 2011, el Parlamento de Hungría gravó con USD 0,05 a cada alimento con alto contenido de azúcar, sal, carbohidratos o grasa. Con ello, consiguió financiar cerca del 30% del déficit presupuestario para el sistema nacional de salud, indicó un despacho de la agencia Euroxpress.

El mismo año, Dinamarca implementó el “impuesto a las grasas” sobre productos como la mantequilla, queso, leche, pizza y carne, a fin de elevar la expectativa de vida en el país escandinavo. El impuesto fue de 16 coronas (USD 2,9) por kilogramo de grasas saturadas en un producto, reportó en una publicación especial diario El Comercio de Perú.

Sin embargo, al año siguiente, el Gobierno danés anunció que aboliría este tributo, porque en lugar de cambiar los hábitos alimenticios de los daneses, los incentivó al contrabando de estos productos por las fronteras con Alemania y Suecia.

Esto, pese a que el impuesto le generó ingresos adicionales al Estado por USD 216 millones solo en un año, según un despacho de la BBC de Londres y el Washington Post.

Adicionalmente, los daneses optaron por viajar fácilmente en sus propios autos a sus países vecinos, para abastecerse de estos productos a precios más baratos al ser Dinamarca un país pequeño.

Otros países que tienen este tipo de impuesto es Finlandia, en donde se paga USD 0,09 más por cada bebida con gas y chocolates.

En Francia también se tomó en el 2012 una medida similar, al establecer una tasa de USD 0,94 a cada bebida energética o azucarada, según la página española Teinteresa.es

Y aunque no se fijó específicamente en los alimentos, en Japón se determinó en el 2008 un tipo de impuesto o medida contra la grasa denominada 'Fat Tax'. Ese año, el Ministerio de Salud implementó una medida para que compañías y gobiernos locales midan obligatoriamente la cintura de las personas entre 45 y 75 años.

Si las personas sobrepasaban el máximo de 35 pulgadas (89 centímetros) a sesiones de terapia para monitorear su estado de salud y controlar su peso. Esto a fin de disminuir la tasa de obesidad del país hasta en un 25%.

En un especial de El Comercio de Perú de enero del 2012, a propósito de que las autoridades de salud plantearon también un impuesto a la comida chatarra en el vecino país, se hizo un repaso de las naciones en donde se ha debatido el tema.

De esta manera, el rotativo detalló que en la región Bolivia, Brasil y Chile han discutido un posible impuesto.

Este último, planteó el tema en el 2010, cuando el ministro de Salud de la época, Jaime Mañalich, dijo que el Gobierno buscaba hacer de la prohibición de la venta de comida 'chatarra', su publicidad y del aumento de los impuestos, una política central.

Por ello propuso un impuesto del 20% a este tipo de comida, según lo reseñó diario El Mundo de España. A renglón seguido, esta declaración desató el rechazo del sector de alimentos y de restaurantes.

Pero el único país de la región que pasó del anuncio al hecho fue México a finales del año pasado.

El Senado mexicano aprobó en octubre del 2013 el Impuesto Especial a Producción y Servicios, en donde se estableció un gravamen del 8% a los alimentos con 275 calorías o más por cada 100 gramos del producto, según lo reportó CNNExpansion.com

Entre estos productos se tomaron en cuenta frituras en funda (papas, tortillas de maíz cortadas con sal y queso, etc), productos de confitería como los dulces y gelatinas; cereales con alto contenido de azúcar; helados; galletas; chocolates y productos derivados del cacao; flanes y pudines; dulces de frutas y hortalizas; cremas de maní, entre otras.

Para este año, ese impuesto provocó incrementos en los precios de los artículos de hasta un 25%, según CNN.

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