Redacción Sociedad
A su cuenta y riesgo, 477 ecuatorianos, entre ellos 17 niños, decidieron viajar a Ecuador, luego de permanecer varados en Madrid entre dos y cuatro días. Ni la inseguridad de conseguir un vuelo de regreso a España detuvo a este grupo de perjudicados por el cierre de la aerolínea Air Comet.
Ellos prefirieron correr nuevamente con el gasto del pasaje de vuelta que sobrepasa los 600 euros, con tal de permanecer con sus familiares en este fin de año.
Por un cupo en Iberia
Los perjudicados en Ecuador deben llamar a 003 4954589717 y desde España 902333903, para registrarse en un vuelo de Iberia.
Para conocer el vuelo y día asignado también puede llamar a la Secretaría del Migrante (Senami) al 2 815020. Antes deben inscribirse en esta entidad.
El convenio con la aerolínea Iberia se extendió hasta el lunes 28. Se los incluirá en los dos vuelos diarios a España si hay disponibilidad de cupos.El grupo llegó al aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito, el jueves, a las 19:10, en el vuelo 2824 de Iberia. Este fue contratado por el Gobierno español y se aprovechó esa nave para que otros 43 afectados retornen a España.
El maltrato y la falta de apoyo de las autoridades ecuatorianas en España fueron sus principales quejas. “El Cónsul de Ecuador jamás fue al aeropuerto para ayudarnos. Estuvieron los de Perú y Argentina y sus compatriotas fueron los primeros que viajaron”, denunció Érika Tenorio. Esta guayaquileña pasó dos días y medio en el aeropuerto de Barajas “sin comer”. Ella vive 10 años en España y regresó para recibir a 2010 junto con su madre.
“Los de Migración de Ecuador nos gritaron, nos tenían de un lado para el otro, fue un desastre…”, agregó Mónica Chica, quien vive nueve años en Madrid.
La asambleísta Dora Aguirre, miembro del Comité de Crisis, refutó esas aseveraciones. “Se les dio alojamiento, manutención e incluso cena navideña. Además una comisión irá a España para gestionar ante el Gobierno español que se reconozca el retorno de los compatriotas”.
Pero la indignación creció entre los afectados cuando a 200 de ellos se les comunicó que debían continuar su viaje hasta Guayaquil en buses fletados por la Secretaría del Migrante. “Pasamos cuatro días en el aeropuerto, volamos por más de 12 horas y ahora debemos ir en bus, es una desconsideración…”, se lamentó María Camposano. Su consuelo fue que al fin podrá pasar con sus familiares durante el fin de año.