Nadie está a salvo del fisco mexicano, que ahora puso en la mira a las organizaciones religiosas, las cuales estarán obligadas a modernizar su contabilidad e informar acerca de sus ingresos.
A partir del 1ro. de septiembre las Iglesias deberán llevar de manera electrónica sus libros de ingresos y egresos junto con la documentación que los compruebe.
Según una nueva norma recién aprobada, los sacerdotes, obispos y ministros de culto en general deberán expedir facturas electrónicas como el resto de los ciudadanos sobre los donativos que reciban y exigirlos por los gastos que realicen.
La medida aplica en ofrendas, diezmos, primicias y contribuciones diversas hechas en las celebraciones de culto público o depósitos en alcancías o canastillas.
Será a partir del 15 de febrero de 2015 cuando las asociaciones presenten por primera vez su declaración donde también se incluirán sueldos de sus trabajadores.
Efrén Velázquez, jefe de la Iglesia Anglicana de México y director ejecutivo del Consejo Interreligioso de México, afirmó que hace falta información sobre el cambio.
Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis de México, señaló que las nuevas obligaciones serán “difíciles de cumplir, pues están alejadas de la realidad que viven muchas iglesias”. “Nos parecen cambios insensibles, fuera de lugar. No es posible que se nos quiera dar trato como de empresas”, dijo.