Hombre, de 60 años, fue sentenciado a 9 años de prisión por abusar de una menor

El informe psicológico señaló que el ahora sentenciado sufre de un trastorno que lo lleva a satisfacerse sexualmente mirando a niñas.   El documento lo calificó como pedófilo. Foto: Archivo

El informe psicológico señaló que el ahora sentenciado sufre de un trastorno que lo lleva a satisfacerse sexualmente mirando a niñas. El documento lo calificó como pedófilo. Foto: Archivo

El informe psicológico señaló que el ahora sentenciado sufre de un trastorno que lo lleva a satisfacerse sexualmente mirando a niñas. El documento lo calificó como pedófilo. Foto: Archivo

Galo Torres está dolido. Pero la sentencia que el lunes 23 de noviembre recibió el hombre que agredió sexualmente a su hija, de 8 años, le devolvió algo de tranquilidad.

Augusto G., de 60 años, deberá pasar en prisión nueve años y cuatro meses, luego de que un Tribunal de Garantías Penales lo hallara culpable del delito de abuso sexual. El lunes se llevó a cabo la audiencia de juzgamiento y hoy miércoles 25 de noviembre, Galo decidió hacer público el caso con una sola intención: que ningún otro padre pase lo que él debió enfrentar.

La ira y la impotencia aún se adueñan de él cuando recuerda lo que ocurrió el 29 de marzo pasado, cuando su hija ‘Carolina’ (nombre protegido) fue secuestrada por el hoy sentenciado.
Galo cuenta que esa mañana le llamó la atención a su hija antes de que fuera a la escuela, y al regresar, ella discutió con su hermana mayor, de 11 años. La última vez que la vieron fue a las 13:30 en compañía de una vecina.

Cuando sus padres llegaron no la hallaron y empezaron a averiguar su paradero. La señora que vende pinchos en la esquina de la casa les comentó que vio a las dos menores irse con un hombre en una moto.

Puso la denuncia en la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), pero Galo tenía entrenamiento militar, por lo que comenzó sus averiguaciones.

El hombre con el que las menores fueron vistas resultó ser expareja de la madre de la otra menor. Logró averiguar su dirección y a las 23:00 pidió respaldo de los uniformados y fueron a la casa del hombre. Entró a la fuerza y encontró a su hija y a la otra niña acostadas en la cama, mirando televisión.
Su esposa abrazó a Carolina y la menor le dijo que el hombre la había desnudado, tocado y tomado fotos.

En un inicio, el proceso legal en contra de Augusto fue por pornografía infantil. Pero luego su abogado particular le aconsejó acusarlo por abuso sexual.

La audiencia se llevó a cabo el lunes, a puerta cerrada. El agresor no estuvo presente físicamente. Lo hizo a través de videoconferencia. En la diligencia se acogió al silencio.

El principal argumento de la defensa fue que las niñas lo buscaron y le pidieron que vaya por ellas, pero las pruebas de Fiscalía tuvieron más peso.

El informe médico legal evidenció que el cuerpo de Carolina había sido lastimado. Sus partes íntimas tenían laceraciones. El testimonio de la pequeña reveló lo que el hombre le había hecho. Narró prácticas sexuales como manoseos en zonas genitales.

Además se presentó el informe de una psicóloga que declaró que Augusto sufre de un trastorno que lo lleva a satisfacerse sexualmente mirando a niñas. El documento lo calificó como pedófilo.

Galo hace un llamado a la gente y pide hablar a profundidad con sus hijos sobre sexualidad. Jamás permitir ser tocados por nadie. Y si existe una ligera sospecha de abuso, denunciarlo para que se haga justicia.

Suplementos digitales