En el barrio Caupicho se realizó el velatorio de Carlos Cepeda, que fue asesinado en la madrugada de este miércoles 27 de abril. Foto: Fernando Medina / EL COMERCIO
Bajo dos carpas en medio de la calle es velado el cuerpo de Carlos Cepeda, un hombre de 41 años que hasta este martes 26 de abril del 2016 vivía en el barrio Caupicho, en el sur de Quito. En la madrugada de este miércoles 27 de abril, fue hallado sin vida en la puerta del garaje en donde guardaba su camioneta. Segundo Cajilema es su cuñado. Él, junto al féretro, contó que cuando lo encontraron estaba tendido en el piso y se desangraba, pues tenía cerca de 20 puñaladas en el tórax.
De inmediato llamaron a la Policía del barrio y empezaron las investigaciones. Sin embargo, taxistas del sector que pasaban por el lugar contaron a la familia que tres hombres corrieron por las calles secundarias como si estuvieran escapando. Por eso, la tarde de este miércoles, 27 de abril del 2016, decidieron buscarlos. Un grupo de aproximadamente 30 personas pidió que salgan del cuarto en el que arrendaban. Al no tener respuesta de los tres hombres prendieron fuego a la estructura. Cuando salieron vieron camisetas llenas de sangre. Por eso se presume que ellos fueron los autores del crimen de Cepeda.
Mientras los moradores intentaban linchar a los tres hombres, a dos cuadras cerca de 200 personas rezaban frente al ataúd de Cepeda. La mayoría de los asistentes es de Chimborazo, provincia de donde era la víctima.
Edwin Cepeda entre llanto pidió que se haga justicia por la muerte de su padre. Él es el mayor de los tres hermanos que quedan en la orfandad. Por el momento dicen que quieren sepultar a su padre y luego iniciarán los procesos legales. Además, agradecieron el apoyo de los vecinos.
En tanto, luego de que la Policía detuviera a los sospechosos y que los bomberos apagaron el fuego que consumió parte de la vivienda, los moradores emprendieron una minga para deshacerse de las cosas. “Queremos que no vuelvan más”, gritaban. Otros pedían a los Policías que los protejan pues decían tener miedo de que vuelvan.