Las calles de la ciudad son las primeras en medir el pulso político en la actual campaña electoral. Desde el 3 de enero del 2017, pancartas, afiches, banderines, vallas y volantes comenzaron a observarse en la capital.
No todo lo que se hace en el espacio público está permitido. Hay propaganda que afecta el ornato y el aseo de Quito. Por eso, apenas es identificada se procede a retirarla.
Lo más frecuente es pegar afiches directamente en postes, pasos elevados y paredes. Ocurre principalmente en el sur de la ciudad, en la Michelena, Hugo Ortiz, Mariscal Sucre y Maldonado.
También, en San Roque, en los alrededores de La Carolina, el mercado de Calderón, en las avs. De la Prensa, El Inca…
Mario Balanzátegui, coordinador general de operaciones de Emaseo, la empresa que se encarga de la recolección de desechos sólidos en Quito y de la limpieza del espacio público, explica que en época de elecciones hay un equipo que se encarga específicamente de limpiar propaganda electoral. Cuentan con tres hidrolavadoras (vehículos equipados para limpiar con presión de agua y vapor) que salen todos los días a lugares donde han recibido denuncias, donde los inspectores han detectado el problema, o donde históricamente los partidos políticos buscan para hacer sus campañas proselitistas.
La misión es esa: acuden al lugar y de inmediato retiran la propaganda. Cada una de las tres hidrolavadoras opera con un equipo de cuatro personas: un conductor y tres trabajadores. La mañana de ayer, una de estas máquinas acudió a la avenida De la Prensa. Ahí se había identificado afiches pegados directamente en los postes. Los empleados, bien equipados, apuntaron, activaron la manguera, el calor derritió la pega y en menos de un minuto sacó todo el papel. Esos vehículos se compraron el año pasado y cada una costó USD 35 000, incluido el equipamiento.
La hora de trabajo de una hidrolavadora cuesta USD 24. Al día, cada hidrolavadora opera unas siete horas. Balanzátegui insiste en que mientras menos propaganda indebida se pegue en la capital, menos se gastaría.
En total, en la ciudad trabajan ocho vehículos equipados con hidrolavadoras, los otros cinco se dedican a limpiar los postes y paredes de toda la ciudad donde se haya colocado publicidad indebida.
Cada vehículo cumple con tres funciones: limpia postes, grafitis y pisos. Operan, sobre todo, en el Centro Histórico, y debido a su tecnología pueden incluso combatir los malos olores gracias al uso de ambientales.
Antes de adquirir estos modernos equipos, limpiar los postes tras una campaña electoral era casi imposible. Balanzátegui cuenta que la lluvia, el sol y el viento eran los agentes naturales para despegar los afiches, pero tardaban más de cuatro meses.
El actual equipo también se encarga de retirar grafitis políticos. La cuadrilla acude con la maquinaria y vierte cemento diluido en agua con un aditivo especial, lo que cubre completamente el espacio.
¿Qué está prohibido? Daniela Pullas, de la Unidad de Control de Publicidad Exterior de la Agencia Metropolitana de Control, explicó que la ordenanza 119, vigente desde mayo del 2016, estipula que entre los medios de expresión publicitaria no autorizados están la entrega de volantes en el espacio público, pintar árboles, postes o paredes con propaganda política.
Tampoco se puede colocar elementos publicitarios que confundan la visibilidad de señalización, ni usar materiales disonantes como neón y fluorescentes, mucho menos colocarlos en árboles, distribuidores de tráfico, túneles o pasos a desnivel.
Está permitido poner banderines desmontables pero se debe tener el permiso de la administración zonal.Quien viole esa normativa recibirá una sanción. Si el cartel es de menos de 8 m², será el 20% del salario por metro o fracción del elemento publicitario. En elementos de más de 8 m², la sanción sube al 60% por metro o fracción. Hasta el momento no se registran multas, pero el siguiente lunes comenzarán los controles sancionatorios.
La violencia contra la urbe en esta época electoral ha sido menor. Para Cristóbal Maldonado, urbanista, se debe a que hoy los políticos utilizan las redes sociales como plataforma. “Hace 20 años, los candidatos no tenían otra opción que empapelar la ciudad o pagar para salir en prensa. Hoy pueden hacerlo gratis en Facebook, Twitter, etc…”.