Redacción Tulcán
Los lancheros se convirtieron en los guardianes de la laguna La Cocha. Cada tres días recorren la laguna y sacan los desperdicios en fundas plásticas negras. Después de dos horas de recorrido retornan al muelle.
La tarea la hacen en conjunto para acelerar el trabajo y recibir a los turistas que visitan esta reserva natural, a 37 kilómetros de Pasto, en Colombia, en el corregimiento de El Encano.
Los taxis que se parquean en el sector del Santo Sepulcro (en el centro de Pasto) y trasladan a los viajeros hasta La Cocha cobran USD 1,75 por persona.
Después de 45 minutos de recorrido en una vía que todavía tiene tramos sin asfaltar se llega hasta el pequeño centro poblado.
Los letreros de protección del medio ambiente y de no arrojar basura sobresalen al ingreso. Incluso en cada una de las 85 lanchas que dan servicio se resalta la frase: “Cuide el lago, es suyo”.
En la mayoría de casas ubicadas a un costado del muelle hay restaurantes y se resalta el plato típico que es la trucha arco iris. La preparan al carbón, frita, sudada, con camarones, cangrejos… Cada propietario se esmera en la limpieza. La cocina, las mesas, las sillas… lucen impecables al igual que los sanitarios.
Gladis Ortega abrió un restaurante hace 12 años. Ella resalta las recomendaciones que le hace el personal de Sanidad. “Hay que lavar bien las verduras, mantener limpia la cocina y los detergentes alejados de la comida”.
En el muelle está prohibida la venta ambulante de truchas fritas. Lo que está permitido es la venta de dulces, manjar, pan, rosquillas, pero en recipientes plásticos bien sellados y en fundas plásticas para evitar la contaminación de los alimentos.
Carlos Palacios, quien tiene una embarcación y un criadero de truchas, sabe que además de la limpieza cada tres días debe recomendar a los turistas que no arrojen basura. En cada embarcación no pueden ir más de ocho personas. Además, hay restricciones en la navegación con lanchas con motores fuera de borda.
“El que incumple estas reglas es sancionado con una multa de USD 50 y la suspensión de un día de trabajo”, cuenta Palacios.