En el Patio de Honor de la Comandancia de la Escuadra Naval se realizó la ceremonia de relevo del cargo de Comandante General de la Armada. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Ya todos se habían retirado, incluso el nuevo Comandante General de la Armada, el vicealmirante Ángel Sarzosa, y los pocos delegados del Gobierno que asistieron a la ceremonia de relevo. Pero parte de la banda de la institución continuó en el Patio de Honor de la Base Naval Sur, en Guayaquil.
Permanecieron ahí para dedicar la canción ‘Romance de mi destino’ al vicealmirante Luis Santiago Chávez, quien la mañana de este viernes 19 de febrero del 2016 renunció, prematuramente -10 meses antes-, a su cargo en el Alto Mando militar, por decreto del presidente Rafael Correa.
El 5 de febrero pasado, la exCúpula Militar, a la que pertenecía Santiago, expresó su inconformidad frente a la decisión del Régimen de descontar USD 41 millones al Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa), por un supuesto sobreprecio en la compra de los terrenos donde se levanta el Parque Samanes de Guayaquil.
Santiago estuvo presente cuando se leyó el comunicado, en el que se expresaron que los recursos de la seguridad social militar “les pertenecen a los soldados activos y pasivos y a sus familias”. Esto generó el cese anticipado de la Cúpula, como lo advirtió el Presidente ese mismo día en su cuenta en Twitter.
En su discurso de esta mañana, luego de 40 años de servicio, Santiago recordó ese día. “Dos decisiones importantes han marcado esta singladura que hoy concluye: aquella que tomé el año 1975 para ingresar a la Armada y aquella que tomé el 5 de febrero del 2016 en defensa de lo que creí, y creo, fue mi deber, y como resultado de ello, el fin de mi Comando y el fin de mi carrera naval en el servicio activo”.
En esa parte de su intervención -de 20 minutos- tuvo que hacer una pausa ante los aplausos de la tribuna, que empezaron justo del lado destinado a los marinos en servicio pasivo, quienes se pusieron de pie.
“Hoy entrego el Comando General de la Armada y lo hago con el pleno convencimiento de haber servido a sus miembros (…). Entrego el Comando con emoción y con mi conciencia tranquila, porque a mi institución la protegí y defendí haciendo siempre que prevalezcan los objetivos institucionales sobre cualquier aspiración u objetivo personal”. Y resaltó que confía en que quienes sigan a cargo tomen la misma ruta.
Santiago agradeció a la Armada y, especialmente, a su esposa e hijas por compartir su última decisión “estando concientes que ella pondría fin a mi carrera”.
“Muchas gracias por recibirme en casa con los brazos abiertos y ahorrarme el tiempo pensando en qué haré en los días venideros, insinuándome, con ternura, que hay muchas cosas por hacer en casa para recuperar el tiempo que he estado ausente”.
También hizo un repaso de algunos de los proyectos que emprendió desde el 22 de diciembre del 2014, cuando asumió la Comandancia General de la Armada, como la repotenciación de naves y la primera vuelta al mundo del Buque Escuela Guayas, que finalizará el 1 de marzo próximo, cuando llegue a Guayaquil.
La ceremonia de relevo duró casi dos horas y fue presidida por el vicealmirante Oswaldo Zambrano Cueva, actual jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Con la entrega de Insignia de Mando resonaron 17 cañonazos. La Aviación Naval también rindió honores con el paso veloz de helicópteros.
Quizá la parte más extensa fue la despedida personal por parte de oficiales, tripulantes y servidores públicos. En una extensa hilera, más de 50 personas aguardaron su turno para estrechar la mano de Santiago y desearle buen viento y buena mar.
Por parte del Gobierno solo asistieron los titulares de la Subsecretaría de Defensa Nacional y de la Subsecretaría de Seguridad Interna y Externa. Además, la alcaldesa de Milagro, Denisse Robles; y Pierina Correa, hermana del Primer Mandatario y actual presidenta de Fedeguayas.
Luego caminar frente a la tropa, el vicealmirante Ángel Sarzosa, quien hasta ayer fue Comandante del Comando Operacional Marítimo No. 2, habló de sus retos a cargo de la Comandancia General de la Armada. Luego invitó a los asistentes a rendir un aplauso de pie al vicealmirante Santiago, pues fueron parte de la misma escuadra de guardiamarinas.
“No vengo a imponer, vengo a comandar”, dijo. Y aseguró que seguirá la posta de Santiago en proyectos operativos y de bienestar del personal.
Además expresó su respaldo a la gestión del vicealmirante Oswaldo Zambrano, y manifestó la necesidad de mantener a las Fuerzas Armadas, Ejército, Marina y Aviación, “unidas y cohesionadas, dando al personal información cierta y confiable” e “implementado estrategias que no permitan caer en provocaciones”.
El submarino Shyri, lanchas guardacostas, la lancha misilera Quito y la fragata misilera Morán Valverde desfilaron por el ramal del estero Salado que colinda con el Patio de Honor durante esta despedida. Las autoridades militares y civiles dejaron el sitio en autos todoterreno, rodeados por agentes de seguridad. Santiago siguió en el sitio por varios minutos más, despidiéndose de sus oficiales.