Redacción Cultura
Las 10 jóvenes, atentas, permanecen de pie sobre el tablado. Apenas suena la música española, sus brazos se levantan y sus muñecas giran en círculo. Sus cuerpos están en posición: cabezas levantadas, abdómenes contraídos, hombros hacia atrás y espaldas rectas.
Luisa Cecilia González, profesora de danza española y flamenco con 45 años de experiencia, está frente a las principiantes, que usan coloridos vestidos, con los cuales se ocultan sus pies. Les indica algo esencial: “Los brazos son la presentación del bailarín y siempre tienen que estar arriba”.
Agenda de fiestas
Danza clásica española estará mañana y el viernes en el Teatro Variedades Ernesto Albán (Plaza del Teatro), 20:30. Costo: USD 20 platea y 15 luneta.
El sábado, el Ballet de Danzas Españolas de Luisa Cecilia González estará en el Centro Español (Vancouver), 15:00. Cover: USD 10.Esta academia que lleva su nombre es una de las que imparte este arte en Quito. Aunque las clases son constantes durante todo el año, en las fiestas de Quito se visibilizan más.
Para González, el interés tanto por la música como por el baile español ha aumentado y se debe una mayor difusión.
“Hace años estos bailes eran considerados de élite, ahora eso ha cambiado y me parece lindísimo. Ahora llegan a todos los estratos y se ve ese amor por la danza española”.
Dice que en 1965, cuando tuvo su primera escuela de baile, llegó a tener 150 alumnas. Ahora hay un promedio de 20 por clase, que asiste una vez por semana, pero hay un mayor número de asistentes.
Susana Villagómez, de 30 años, quedó fascinada por la música y el baile cuando vivió en España hace dos años. A su regreso, optó por mantener esa tradición cultural e ingresó a estudiar danza española. “Me encanta la elegancia del baile, es desafiante pero a la vez delicado. También muestra fuerza, al igual que la música”.
El flamenco es un género musical de carácter fuerte, una mezcla de lamentos gitanos con un estilo árabe por sus raíces, según Adriana Mosquera, del grupo Fusión Flamenco.
“En esta música predomina el canto, acompañado por guitarra y el zapateo como percusión. Son los tres elementos básicos”. Para Leonor Romero, maestra de flamenco de la Universidad Católica, también le pone ritmo el compás de las palmas y el cajón (de percusión).
“Es un género con mucha pasión, que queda en evidencia en las fiestas de Quito por su influencia española”. Durante ocho años ha visto un mayor interés de los estudiantes por esta música y danza. Actualmente tiene 50 estudiantes en sus clases.
Entre algunos de los cantautores que admiran las jóvenes están Camarón de la Isla, Joaquín Cortez, Diego el Cigala, Conchi Heredia y Marina Heredia.
Aunque para muchos danza española y flamenco son sinónimos, Luisa Cecilia González aclara que ambos estilos son diferentes. “El flamenco es fuerte, no usa castañuelas, a diferencia del baile español, que abarca el estilo clásico y bailes regionales”.
La difusión del baile ibérico ha roto esquemas. Por ejemplo, el director del Ballet Ecuatoriano de Cámara (BEC), Rubén Guarderas, ha llegado a incorporar flamenco en varias de sus presentaciones.
“Este es un fenómeno no solo en Quito, también en provincias, donde el público al ver este tipo de espectáculos aplaude a rabiar. El baile español es parecido al paso doble, por eso su gusto”.