Redacción Cultura
Sobre escena, un sector del paraíso abre sus puertas: es el Olimpo de la ópera. En sus salones descansan y discuten Monteverdi, Handel, Mozart, Rossini, Verdi, Puccini, Wagner, Donizetti y Bellini. Mientras que María Melibrán, Isabella Colbran, María Callas, Enrico Carusso y Luciano Pavarotti interpretan sus obras.
Si estos nombres le suenan o no, si no identifica a algunos, ‘Olimpópera’ tiene la respuesta.
La gala cómica y semiescénica de María Elena Mexía constituye un camino didáctico para conocer la historia de este género; pero, sobre todo, para dejarse llevar por la belleza de la música.
La puesta en escena es coral y relaciona a todos su personajes (caricaturescos) a través del humor. En tanto que un piano y una flauta entonan: El barbero de Sevilla, La bohemia, La traviatta, Tristán e Isolda, Carmen, Rigoletto, Las bodas de Fígaro, entre otras piezas trascendentales.
Mexía dice que a la ópera se la puede amar sin ningún tipo de formación especial, porque es la vida misma. “Hay que reírse del teatro. Si bien la ópera tiene un lenguaje que no es el nuestro y el de nuestros días, con este tipo de espectáculo puedes hacer que la gente rompa el miedo. Siempre se le puede enseñar”.
Para llegar a los distintos públicos, ‘Olimpópera’ convierte los conceptos técnicos y las épocas estilísticas en un anecdotario que quiebra su solemnidad.
Las frases textuales de músicos y filósofos, usadas en la pieza, hacen de la ópera algo cotidiano y a su historia un juego de ruleta. Sin que esto descuide la reflexión, especialmente sobre el arte de componer.
En referencia a este aspecto, Christian Mejía, quien compusó la última pieza de ‘Olimpópera’, se considera afortunado por escribir música para la escena.
“Actualmente se está abriendo ese espacio pero en otros géneros con un lenguaje más contemporáneo; pero no ha habido la oportunidad de crear, sino más bien de interpretar”.
La obra se presenta, desde esta noche hasta el sábado, en el Teatro México (Chimbacalle), a las 20:00. La entrada es de USD 1, pues se enmarca en el programa ‘Sucre de a dólar’, con el objetivo de llegar a nuevos públicos. Y ‘Olimpópera’ , gracias a su estructura dramática, a las emociones que despierta y a su valor informativo, lo hace.