En los alrededores del parque Calderón en el centro de Cuenca se venden los tradicionales dulces del Corpus Christi. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
La venta de los tradicionales dulces de Corpus Christi finaliza este domingo 29 de junio de 2014 en el Centro Histórico de Cuenca, en el sur del Ecuador. En 104 puestos ubicados en los portales del parque Calderón y junto a la Catedral de la Inmaculada se ofertan roscas, faldiqueras, suspiros, roscones, entre otras golosinas.
Teresa Fajardo, de 75 años, se dedica a elaboración de estos dulces desde hace 60 años. Ella dice que este año bajaron las ventas, “pero no en una cantidad muy importante… Siempre hay ganancias y vale la pena el esfuerzo”. Ella se preparó con 15 días de anticipación.
Antes de jubilarse laboraba como enfermera y en ese entonces sacaba vacaciones para instalar su puesto en la fiesta del Septenario, en la que los dulces y la pirotecnia son los principales atractivos. Ahora sigue en esta actividad porque le gusta relacionarse con la gente y mantener esta tradición cuencana.
Según ella, las ganancias le sirven para mantenerse, pero prefiere no revelar el valor. Dice que antes obtenía más dinero incluso le servía para ahorrar para la educación de sus ocho hijos. “Hay más competencia”.
En los puestos, que están cubiertos por plásticos, los dulces más demandados son las rocas encofitadas, el pan de viento y las hostias. Otra de las vendedoras es Nancy Arévalo, de 24 años. Ella ayuda en el puesto de su suegra Ana Zeas. Al día vende 50 quesadillas y cada una cuesta 50 centavos de dólar. Una cantidad similar se comercializa de dulces de guayaba.
Según Arévalo, en la noche hubo una mayor afluencia de clientes, por ello su suegra y otros familiares le ayudaban a atender. Los dulces de guayaba cuestan entre 25 y 50 centavos de dólar, los quesitos 10 centavos y los huevos de maní 25 centavos.