Redacción Guayaquil
Último día de la Feria Internacional del Libro. El auditorio principal, habilitado para 800 personas, estuvo lleno todo el día. Igual ocurrió con los locales asignados a editoriales, librerías, revistas, periódicos, escritores nacionales y empresas que editan, distribuyen y venden material didáctico para los niños.
Pablo Macías acudió con su esposa y sus hijas, Martha y Verónica, de 16 años. Las gemelas, con antelación, sabían qué libro comprar: ‘Harry Potter y el misterio del Príncipe’, de la escritora británica J. K. Rowling. El papá buscó la última novela del guayaquileño Jorge Velasco Mackenzie, ‘Tatuaje de náufragos’.
Los tres hallaron lo que querían y, además, compraron otros libros con descuentos. En el último día de la feria, las librerías y editoriales participantes hicieron descuentos de hasta el 20%. Al inicio de este evento, el pasado 10 de julio, las rebajas anunciadas no sobrepasaron el 10%.
Luego, la familia Macías se dio tiempo para presenciar el programa artístico en el auditorio. En ese momento, (11:30) se presentó un grupo de baile tradicional guayaquileño.
“Valió la pena venir. La feria es un espacio para que mis hijas vean que los libros son otra opción para entretenerse y aprender, por fuera de lo que leen en su colegio”, dijo Marcia, la madre de Martha y Verónica.
Esa visión positiva también era compartida por los expositores que participaron en la Feria Internacional del Libro, Guayaquil 2009. Uno de ellos fue Rodolfo Quilantán, cónsul de México en Guayaquil. Él contó que la aceptación de la gente fue buena.
Fue el segundo año que, como país, participaron. Hubo buenas ventas, pero sobre todo se promocionó a editoriales como Conaculta y Educal, entre otras.
En el módulo de la editorial Océano, Nelson Carrera, gerente comercial, contó que los libros ‘Harry Potter y el misterio del Príncipe’, ‘El niño con el pijama de
rayas’ y ‘La soledad de los números primos’ estuvieron entre los libros más vendidos.
En total llegaron unos 100 expositores que ocuparon los locales habilitados en el Palacio de Cristal, ex Mercado del Sur. Entre los participantes no estuvieron las editoriales consideradas grandes, como Alfaguara, Santillana. Pero hubo una representación del Fondo de Cultura Económica de México, que fue uno de los sitios más visitados, al igual que la editorialOcéano y ediciones Paulinas y San Pablo.
También concurrieron librerías reconocidas, como Mr Books, El Libro, Rayuela y Distrilib (publicaciones jurídicas)…
Los escritores nacionales tuvieron buena acogida. Sus publicaciones estaban en los puestos del Ministerio de Cultura, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) y de la Campaña de Lectura Eugenio Espejo. En el primero, hasta ayer, se entregaban libros gratis. Oficialmente se dijo que eran 10 000 de varias colecciones, como Bicentenario y Premio Nacional de Literatura.
‘Seco y volteado’, de Fernando Artieda, fue uno de los libros que más se vendieron en el módulo de la CCE. De hecho, se lo presentó en la feria, al igual que los libros de los escritores Ernesto Carrión, Hugo Salazar, Carolina Patiño y Xavier Oquendo. La venta fue significativa, dijo Iván Muñoz, funcionario de la CCE.
Jorge Velasco Mackenzie y Miguel Donoso Pareja estuvieron entre los escritores que también presentaron sus obras. Se vendieron casi todos sus ejemplares. Ellos, al igual que otros 100 escritores nacionales, participaron en conversatorios y talleres.
Igual tarea tuvieron los escritores internacionales. Se destacaron, César Aira, de Argentina; Iván Thays y Josefina Barrón, de Perú. También Samanta Schweblin, de Argentina; entre otros.
Jaime Drull, presidente de la Feria, calculó que entre 270 000 y 280 000 personas había llegado durante los días. Para las 21:00, hora prevista para el cierre de la Feria del Libro, Pablo Macías, su esposa y sus hijas gemelas, esperaban estar en su hogar, descansando.
Los entretelones
En una sección de la Feria, algunos escritores contrataron espacios para promocionar sus ibros. Dos ejemplos: Francisca Kravarovich y Yair Peña.
El Ministerio de Cultura y la Municipalidad de Guayaquil aportaron para la Feria. Según la organización, cada entidad entregó USD 50 000.
La Feria también fue un espacio para que medios de comunicación impresos, como revistas y periódicos se promocionen. También lo hicieron los medios estatales El Telégrafo, Ecuador TV y la Radio Pública del Ecuador.