En el cementerio central de Manta las personas visitan las tumbas de madres fallecidas. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO
La actividad es intensa desde las 04:00 de este domingo 10 de mayo del 2015, en los cinco cementerios de Manta. Los vendedores ofrecen a los familiares que llegan a visitar las tumbas de sus madres arreglos florales, de alimentos y globos en forma de corazón, en los exteriores de los camposantos.
Rodolfo Lucas, un vendedor de flores, está desde el 9 de mayo en la parte externa del cementerio del centro ubicado en la parroquia Manta. La gente llega en busca de ramos de flores y prefiere los económicos. Lucas los ofrece desde USD 1 hasta USD 10. Los ramos más sencillos llevan dos rosas, unas ramitas y están dentro de recipientes plásticos. Estos son lo de mayor demanda, asegura el comerciante.
Lucas contó que para abastecerse hizo sus pedidos con cinco días de anticipación, para que llegaran desde Quito y desde Ambato a Manta en la mañana del sábado. En el interior del cementerio el ir de venir de familiares es constante.
Nelly Mero Delgado llegó a arreglar la tumba de su madre, a las 08:00 junto a cuatro familiares. El mausoleo lucía limpio y ventilado. “Venimos a visitar a mi madre, ella murió hace ocho años y nos hace mucha falta. Estar frente a su tumba nos da un respiro de paz”, asegura.
Al cementerio Jardines del Edén, ubicado en la vía hacia la comuna San Juan, en el centro este de Manta, Monserrate y Maruja Delgado Olguín arribaron con dos ramos de rosas. “Son para nuestra madre, que se nos fue hace un año. Esto es muy duro, pero hay que seguir adelante”.
En las afueras de los cementerios también hay músicos listos para ser contratados. Mariano Arteaga y Juan Loor ofrecen serenatas y en Manta se los conoce como lagarteros. Por tres canciones cobran USD 10. “Si nos llaman de algún lugar de la ciudad, vamos a trabajar. La gente gusta de las serenatas, pues de esa forma dicen que recuerdan con más nostalgia a los seres que ya se fueron”, asegura Mariano.
En los cementerios Parque de los Recuerdos, de Tarqui y Marbella también se repiten situaciones similares.