Un niño cayó en un el orificio del cráter volcánico Solfatara en Pozzuoli, Italia y falleció envenenado por los gases tóxicos. Sus padres intentaron rescatarlo y también fallecieron. Foto: EFE
Un niño de 11 años y sus padres murieron el martes 12 de septiembre del 2017 en un área volcánica cerca de Nápoles que es popular entre los turistas, dijo la policía en Italia.
Las autoridades dijeron que los padres trataron de rescatar al niño después de que entró a la zona restringida del cráter Solfatara, en Pozzuoli (cerca de Nápoles) y se resbaló.
El cráter está ubicado en los Campos Flégreos, una amplia zona que tiene 24 antiguas bocas de cráteres y elevaciones volcánicas, y algunas presentan manifestaciones gaseosas activas.
La zona volcánica de los Campos Flégreos, cerca de Nápoles. Es uno de los supervolcanes potencialmente más peligrosos del mundo.
Los rescatistas creen que debido a las últimas lluvias el terreno cedió y se formó un agujero en el cráter volcánico Solfatara en Pozzuoli, Italia, en donde falleció un niño y sus padres. Foto: EFE
La tierra es muy caliente a solo unos cuantos centímetros debajo de la superficie. En la zona se encuentra uno de los supervolcanes dormidos potencialmente más peligrosos del mundo.
Geólogos monitorean el área revisando las temperaturas y analizando gases con sustancias químicas. Han determinado que el nivel de la zona había crecido unos 30 centímetros (12 pulgadas) en una década.
Escolares italianos y turistas de todo el mundo visitan mucho este fascinante y peligroso lugar.
Según informan medios italianos, Lorenzo, el niño de 11 años que murió en la tragedia, probablemente cometió una imprudencia al ingresar en una zona restringida. El cráter se había recién abierto y las intensas lluvias de los últimos días habían ablandado el terreno. En el lugar había carteles que indicaban no acercarse.
La zona volcánica de los Campos Flégreos, cerca de Nápoles. Es uno de los supervolcanes potencialmente más peligrosos del mundo. Foto: EFE
El pozo, de unos tres metros de profundidad, no contenía barro caliente o lava, sino gases venenosos. Lorenzo no escuchó al padre que le gritó de detenerse: cuando se acercó a la boca del agujero el terreno cedió y cayó.
Para el niño fue como haber ingresado en una cámara de gas: casi enseguida perdió conocimiento y en pocos minutos murió. Lo mismo le pasó a los padres, Massimiliano Carrer, de 45 años, y Tiziana Zaramella, de 42, que fueron tras él para rescatarlo.
Solo se salvó el hermano más pequeño, de siete años. Los primeros socorristas lo encontraron mientras, en lágrimas, corría y pedía ayuda.