Asesores de Banco Solidario visitan a sus clientes para explicarles sobre créditos. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Las entidades de microfinanzas desarrollan estrategias para sumar clientes y mejorar los indicadores de inclusión financiera.
Estas nuevas acciones van desde visitas a microempresarios en sus negocios u hogares, hasta el uso de aplicaciones para dispositivos móviles, pasando por capacitaciones o el uso de videos.
En Ecuador, se calcula que alrededor de seis millones de personas están excluidas de los servicios y productos financieros. Así lo indicó la Propuesta para la Construcción de una Política Nacional de Inclusión Financiera, elaborada este año por la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD). El documento usa información de Findex, un indicador del Banco Mundial que analiza el acceso de la población a los servicios financieros.
El texto sostiene que -en el 2014- el 46% de adultos tenía acceso a una cuenta bancaria. También dice que el 23% accedió a un crédito y que un 5,7% tenía tarjeta de crédito.
El escrito de la RFD determina que las entidades del sector cubren, actualmente, a un gran segmento poblacional, pero se tiende a una concentración en ciertos tipos de cliente y áreas geográficas, lo que conlleva a un riesgo eventual de sobreendeudamiento.
Ante esta realidad, las entidades de microfinanzas tienen planes en ejecución. La RFD, por ejemplo, desarrolla con sus instituciones miembros instrumentos lúdicos como aplicaciones para teléfonos o tabletas.
Se trata de ‘apps’ que educan a las personas. Algunas lo hacen a través de simuladores de crédito”, dijo Javier Vaca, director de la organización que agrupa a 48 instituciones a escala nacional.
Vaca añadió que la tecnología permite un contacto directo con las personas que necesitan educación financiera. “Pensamos en las nuevas generaciones que usan más la telefonía y la tecnología”.
La RFD también trabaja en capacitaciones. Del 2012 al 2015, la institución trabajó con 12 de sus miembros para desarrollar herramientas de formación para la población.
En ese período desarrolló actividades con cerca de 30 000 personas. “Estas, a su vez, ofrecieron capacitación a otros ciudadanos y así se produjo un efecto multiplicador”, aseguró Vaca.
Banco Solidario también tiene estrategias de inclusión financiera. Hasta inicios de julio, la entidad contaba con 313 asesores de crédito que visitan a diario a microempresarios. Ellos pasan el 80% de su jornada de trabajo en recorridos y el 20% en las agencias del banco.
Estas visitas sirven para conocer cómo evoluciona el negocio de los clientes. “Ellos están en su hábitat y allí construimos sus estados financieros”, explicó Fidel Durán, gerente de Banco Solidario y Presidente de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas (Asomif).
Según Durán se requieren procesos legales más ágiles, reducir los costos, pero sobre todo dar cada vez mayores facilidades a los clientes. Bajo estas premisas, las entidades que son parte de la Asomif aplican estrategias como visitar a los clientes en sus negocios.
En la Cooperativa de Ahorro y Crédito Riobamba también se apoyan en un equipo de asesores de microcrédito. Ellos van a los lugares de trabajo de sus socios y las comunidades donde trabajan los microempresarios. “De esta manera los escuchamos y conocemos de cerca sus realidades”, manifestó Pedro Morales, gerente de la entidad.
Uno de los mayores desafíos, según Morales, es batallar contra los prestamistas informales que ofertan crédito sin garantías. “En las comunidades hay malos recuerdos con los informales. Tenemos que vencer esos obstáculos para hacer inclusión financiera, con sentido social. La clave es estar cerca de la comunidad”.
El Semanario LÍDERES presenta este lunes 9 de julio de 2017 un informe sobre la inclusión financiera.