El mercado estadounidense se ha mantenido como el mayor comprador de flores ecuatorianas. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Durante la última década, pese a las tensiones diplomáticas y políticas, EE.UU. se ha mantenido como el principal socio comercial de Ecuador. Al mercado estadounidense se envía el 33% de las exportaciones nacionales, según la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor). Antes que bajen los precios del petróleo alcanzaba el 40%.
Este último factor podría variar el resultado global de las ventas del país al mercado estadounidense en el período 2007-2016. En los primeros ocho años del actual Gobierno, las exportaciones crecieron un 18% al pasar de USD 6 119 millones en el 2007 a USD 7 221 millones en el 2015.
Cristian Espinosa, expresidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana (Amcham), explica que el comercio bilateral en esta década estuvo marcada por dos posiciones: una ideológica-política, que ha complicado las relaciones, y la otra una real, que se ve en el resultado comercial.
Esto último lo reconocen empresas estadounidenses como Calderaro Tyrrel Law Group, que opera en cinco países en temas migratorios, comerciales y de inversiones. Renata Calderaro, directora de la firma, explicó que para el 2015 Ecuador estuvo entre los principales 39 mercados de exportación de EE.UU. y los 35 de importación. Productos tradicionales como cacao, café, camarón y banano entran a ese país gracias al esquema de Nación Más Favorecida. Sin embargo, las rosas, el atún, el brócoli y la alcachofa están desprotegidos luego que terminó la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (Atpdea), en el 2013.
Ese fue uno de los momentos más complicados de la relación bilateral. Dos años después de la salida de la embajadora de Washington en Quito, Heather Hodges y luego de un año de la llegada de Adam Namm, Ecuador renunció al mecanismo en medio de las tensiones suscitadas por el pedido de asilo de Edward Snowden.
El mecanismo unilateral, de todas formas, se extinguió un mes después, cumpliendo las fechas de vigencia del mismo. Desde el 2013 el Gobierno paga una compensación llamada Certificado de Abono Tributario (CAT), aunque el año pasado solo se entregó la mitad del monto, unos USD 21 millones.
La decisión del Régimen prácticamente demolió el trabajo que venía desarrollando la entonces embajadora de Ecuador en Washington, Nathalie Cely, a través de su campaña de promoción de las exportaciones Keep Trade Going. Aunque ella considera que más allá de eso se concretaron varios hitos dentro las relaciones comerciales como eliminar barreras comerciales a seis productos agrícolas y la reactivación del Sistema de Preferencias Arancelarias (SGP) mediante la alianza de unos 120 países beneficiarios.
A través de este mecanismo unos 300 productos nacionales pueden ingresar sin pagar aranceles a los EE.UU. Este, sin embargo, solo estará vigente hasta fines de año, por lo que existe preocupación de los exportadores, ya que representa alrededor de USD 50 millones anuales en aranceles.
En medio de esta incertidumbre se espera que cuatro productos también se beneficien del SGP: rosas, brócoli, atún y alcachofas.
Cely arrancó este proceso y continuó con el actual ministro de Comercio Exterior, Juan Carlos Cassinelli, quien reactivó las visitas de autoridades nacionales a EE.UU.
Fue uno de los encuentros comerciales más importantes de los últimos seis años, ya que desde el 2010 está paralizado el diálogo económico-político entre las partes.
Sin embargo, como dice Espinosa, en la práctica las relaciones económicas y comerciales han avanzado a su propio ritmo. Las inversiones estadounidenses en Ecuador alcanzaron su valor más alto en el 2015, con USD 186,1 millones, según el Banco Central del Ecuador (BCE). La variación no ha sido mayor en los últimos años, aunque tampoco ha llegado mayor inversión extranjera al país (ver infografía).
No obstante, Cely asegura que se hizo una serie de esfuerzos en ese marco porque hubo que restablecer las relaciones políticas bilaterales al más alto nivel. Destaca el caso de los capitales para la planta de Surpapel en Guayaquil.
La cooperación, pese a la salida de organizaciones como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas inglés), también se ha mantenido.
Según la página web de Cancillería, entre el 2007 y el 2015 los montos desembolsados suman USD 515,1 millones y se registran 932 proyectos.
Para Calderón, no hay razones para creer que estas relaciones bilaterales pudieran cambiar con el nuevo Gobierno de Donald Trump. Mientras que Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), considera que propuestas como un acuerdo comercial con EE.UU. se vuelven ahora complejas, debido a la política proteccionista del nuevo Presidente estadounidense.
Sin embargo, gremios como Fedexpor aspiran a un mayor acercamiento y cuentan con su propia agenda de trabajo para ponerla en marcha desde el segundo semestre del presente año. “Debe darse un acercamiento por empresarios y Gobierno”.