La Riobamba-Macas es la segunda carretera que hará posible una conexión más rápida entre la Sierra centro y la Amazonía. Por ahora, la Ambato-Puyo es la vía más utilizada para el intercambio comercial y turístico entre ambas regiones.
La nueva vía, de 140 kilómetros de longitud, muestra una variedad de paisajes. Fue construida por la empresa Consermin.
Atraviesa por las poblaciones de Atillo, Zuñac, 9 de Octubre, San Luis, Cebadas y la ciudad de Macas, donde el turismo comunitario todavía no ha despegado.
Durante el recorrido el visitante siente la transición entre el frío del páramo andino que desciende desde los 3 700 metros de altitud hasta los 1 200 de donde inicia la tupida selva amazónica.
Los habitantes de esos poblados aseguran que esta ruta no es nueva. La carretera se construyó sobre la base de antiguos chaquiñanes utilizados por los indígenas.
El primer camino lastrado se construyó en los setenta y solo hace una década empezó a pavimentarse. Aún ahora faltan por concluir 40 de los 140 kilómetros que conectan a la parroquia Nueve de Octubre con Macas. Por esta arteria asfaltada de dos carriles se llega a la parroquia Zuñac que tiene 300 años de fundación.
Allí el agricultor Fausto Chacha, de 70 años, cuenta a los viajeros sus anécdotas. “Cuando era niño viajábamos y llevábamos mercancías a lomo de mula. Eran tres días para llegar a Riobamba, hoy son tres horas en carro propio”.
Por esta vía camina todos los días María Arteaga. Vive en la comunidad Zuñac. Ella espera a los visitantes. “En estas zonas sembramos papas, fréjol, cebada que luego vendemos en los mercados riobambeños. El asfalto nos facilita la vida. Además, es posible acceder a lagunas, cascadas y senderos para la aventura ecológica”.
[[OBJECT]]
Los sembríos dorados de cebada se intercalan con las plantaciones verdes de las papas, cebolla y ajo. En este mismo trayecto, la carretera se aproxima a las lagunas de Atillo. En sus aguas transparentes se reflejan las montañas.
La laguna Negra, por ejemplo, causa admiración y temor al mismo tiempo porque los indígenas le atribuyen propiedades místicas. Además, allí ocurre cada septiembre un fenómeno singular denominado ‘el tributo’.
Ese mes arriban cientos de pájaros llamados cuvivíes que se zambullen en sus aguas y no vuelven a salir con vida. Sus cuerpos quedan a la deriva.
La ruta lleva también a una montaña de roca negra que rompe el ventarrón del páramo y da paso a la tibia brisa del bosque amazónico. La niebla es permanente.
Al fondo de un precipicio se escucha el choque del agua contra las rocas. Es el nacimiento del emblemático río Upano, que en Shuar se denomina Tuna Shira.
En Macas, la capital provincial, uno de los lugares más visitados es el templo de la Purísima de Macas, patrona de la ciudad.
Desde el mismo lugar se puede apreciar una panorámica de la urbe y observar al caudaloso Upano que divide a la selva.