Hasta las 12:30 de ayer, el Valle San Rafael, en el sur de la ciudad de Esmeraldas, seguía sin el servicio de energía eléctrica. El sector quedó a oscuras en la noche del lunes, luego de que el viento que acompañó a la tormenta de esa tarde tumbó los árboles y el tendido eléctrico. La tempestad se inició a las 15:45, con truenos y relámpagos. El viento era tan fuerte que intentaba desclavar las hojas de zinc de las viviendas. “Mi esposo decía que era un huracán. Toda la casa se mojó y el zinc sonaban, parecía que se iba a despegar. Pensé que me quedaba sin dónde vivir, fue terrible”, recordó Diana González, habitante de Tonchigue.Una hora después, la fuerza del viento no se redujo y la familia de González se empezó a alistar para abandonar la casa.El fenómeno afectó a los cantones Atacames, Quinindé y Esmeraldas. Se reportaron daños parciales en seis viviendas. Eso, según dijo Diana Stenzel, de la Sala Situacional de la provincia. “En el barrio Divino Niño, en una casa se desprendieron tres hojas de zinc, pero ya fueron reparadas en la mañana de ayer. El trabajo lo hicieron los mismos propietarios de los inmuebles”. El fuerte viento también atemorizó a los pescadores. Mariano Olmedo, nativo de Súa, contó que las faenas de pescas se suspendieron, debido a los fuertes vientos y a los aguajes.“Cuando nos dimos cuenta que en la playa no se podía estar de pie, regresamos a nuestras casas asustados. Hacerse a la mar era muy peligroso”.En el malecón del balneario de Súa, el ventarrón arrasó con algunos parasoles y varios letreros, según los vecinos. La lluvia de seis horas que cayó en la provincia también dejó afectaciones en el centro de la capital. Allí, las calles se anegaron y hasta ayer, eran evidentes los estancamientos de agua En los barrios Codesa y Propicia 1, 2 y 4, el agua ingresó a las casas. Sebastián Lucas dijo que se trató de un fenómeno inusual. Él vive en La Propicia 4 y contó que el temor los mantuvo en vigilia. “Con tremendo aguacero, parecía que se iban las casas. El viento movía todo. Tuve miedo”.En Esmeraldas no se registraron daños graves ni víctimas, según un informe de la Secretaría General de Riesgos. Ayer concluyó la evaluación de daños.