El paisaje verde del valle Casanga, en el cantón lojano de Paltas, oculta la sequía que afecta al centro y sur de la provincia desde hace más de dos meses. Las plantas de maíz se amarillan por la falta de agua.
Cruz Correa, de 75 años, dice que no podrá cosechar nada de su hectárea de maíz que sembró a inicios de año. Además, un gusano se come las hojas. “No hay una sola planta que se salve, todas tienen gusanos; así llueva ya no se recuperarán porque no se desarrollaron”.
Su esposo José Bustamante, de 78 años, pone su única esperanza para sobrevivir en el bono de USD 35 que recibe del Estado para comprar alimentos.
El valle Casanga tiene una extensión de 400 hectáreas y por su ubicación tiene una importante cantidad de nutrientes y lluvias, dice el técnico agrícola, Ovidio Ramírez. Allí, los principales cultivos son el maíz, el maní y el fréjol.
Ramírez, de 26 años, estudió en el Centro Binacional de Zapotebamba, en el cantón Paltas. Es el nuevo presidente de la Junta Parroquial de Casanga y su mayor preocupación es enfrentar los problemas generados por el estiaje. “El campesino debe prepararse para los cambios climáticos y debemos empezar a cuidar el agua”, señala Ramírez.
El sacerdote de la parroquia, Ángel Chuquimarca, también se lamenta por la pérdida de los sembríos de maíz y maní. Su objetivo era vender esa producción e invertir las ganancias en obras de la iglesia. “En el mejor de los casos recuperaré el 50% de lo invertido, si las lluvias se presentan”.
Él prevé vender las plantas de maíz a los ganaderos para que las utilicen como alimento de su hato. El presidente de los Ganaderos de Paltas, Alcívar Balcázar, dice que otra opción para afrontar la falta de lluvias fue llevar los animales a sitios donde aún existen pastizales como la zona alta de Paltas. Es un recorrido de 12 horas.
El sacerdote Chuquimarca suele recorrer por los barrios de la parroquia y observa la afectación en las plantaciones. Según él, la situación económica de los campesinos es muy difícil, porque “sus esperanzas estaban puestas en la producción y cuando eso no resulta tienen que emigrar para poder traer un sustento al hogar”.
Los campesinos suelen buscar trabajo en las minas de Portovelo (El Oro), Ponce Enríquez (Azuay) y en Zamora Chinchipe. Chuquimarca es oriundo del cantón fronterizo de Pindal, donde la sequía también afectó a sus padres, quienes son agricultores.
La falta de precipitaciones también ocurre en los cantones fronterizos de Zapotillo, Macará y Puyango.
Según Cristian Rueda, presidente de la Junta Parroquial de Bolaspamba en Zapotillo, las lluvias son esporádicas durante este año. “Los pocos sembríos se han perdido, porque no hay agua y la migración para buscar trabajo se inició”.
Para Rueda, estas condiciones climáticas se suelen presentar con frecuencia, “pero el año pasado y este han sido los peores porque no se puede recuperar nada de lo invertido”.
Los cultivos en esta jurisdicción y en las parroquias vecinas de Cazaderos, Mangahurco y Paletillas están afectados porque no se benefician del canal de riego Zapotillo. En febrero pasado, el Banco de Fomento de Loja tuvo el reporte de 20 avisos de pérdidas de cultivos en Zapotillo y Pindal.
Los técnicos de esa entidad fueron asignados para la revisión de las pérdidas y entregar los seguros agrícolas. Pero aún está pendiente la aprobación.
Según el último censo agropecuario Loja es la tercera provincia en superficie agrícola y se cultiva principalmente maíz y caña de azúcar.
La gobernadora de Loja, Verónica Ojeda, anunció que el próximo lunes entregarán un informe sobre las afectaciones en los cantones Paltas, Zapotillo, Pindal, Macará y Puyango.
PUNTO DE VISTA
‘Hay que dejar el monocultivo’
Yolanda Reyes Ambientalista lojana Es hora de plantear acciones concretas para evitar que las extensas sequías que se sigan presentando, sobre todo en el sur de la provincia de Loja. Los modos de producción deben cambiar y dejar el monocultivo de maíz, especialmente. Este predomina en los cantones fronterizos de la provincia y la alternativa es sembrar plantas nativas con semillas ancestrales de cada espacio y recuperar parte de montaña, que son los principales imanes para atraer las precipitaciones. Además, se debe evitar la utilización de fertilizantes y pesticidas que matan los nutrientes del suelo. A las autoridades les falta brindar asesorías a los campesinos y ofrecer alternativas para que los cultivos sean mixtos. Eso permitirá que la naturaleza se oxigene y con eso recuperaríamos en parte la flora y fauna destruidas y poder conservar la naturaleza manteniendo las fuentes de agua dulce que nacen en los cerros de los cantones afectados.
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