Aunque en los últimos cinco días las precipitaciones son más constantes en el Azuay, la sequía de las semanas anteriores afectó al sector ganadero.
Los pequeños productores de las parroquias cuencanas de Tarqui y Victoria del Portete afrontan pérdidas. Miguel Cochancela, de 83 años, es un ganadero de esta última parroquia.
Está preocupado porque solo tiene 20 litros de leche al día para entregar en Cuenca. Antes de la sequía vendía 45 litros. Una situación similar atraviesan desde hace un mes, otros 99 productores, dice Ariosto Vásquez, quien compra esa producción.
Según él, el ordeño diario de estos pequeños ganaderos se redujo de 4 700 a 3 000 litros. Agrega que en la zona no hay un sistema de riego para compensar la falta de lluvias, por lo que se dañó el pasto para el ganado.
En la actualidad, el pasto está seco. Incluso, los grandes ganaderos, como Jorge Vélez, tuvieron que recurrir a una reserva de pasto que guardaba en su hacienda.
Otro ganadero que atraviesa esta situación es José Llivicura. Él se queja porque no tienen ayuda del Gobierno y porque no existe un control en los precios.
“Hay semanas en las que nos pagan USD 0,40 por el litro y otras como ahora que dan 0,38”. Dolores Pugo dice que este año fue malo para ese sector y recuerda que en octubre pasado regalaron 600 litros de leche en Cuenca como señal de protesta porque no pudieron vender toda su producción. Ella dice que, en la actualidad, no cuentan con agua para alimentar a su ganado. Por eso solicita la atención de las autoridades porque considera que el perjuicio no solo es para los ganaderos sino para el resto de la población.