A las 06:00 todo está listo. El pan caliente empaña los vidrios de los mostradores. Los pasteles, con llamativas capas de crema azul, rosado y amarillo, giran una y otra vez en una vitrina eléctrica. Están cerca de las galletas recién horneadas. El aroma se percibe ni bien se entra a la panadería Las Delicias de Colombia, en el sector Los Pambiles.
Este es uno de los 10 negocios de este tipo que existen en Santo Domingo y que son administradas por inmigrantes colombianos. Su acento y elocuencia es evidente al atender a los clientes.
“Son muy atentos”, dice Francisco Delgado, un asiduo comprador. Él llega cada día, a las 07:30, en busca de pan para el desayuno. “Me gustan los cachos porque son suaves, están rellenos de queso y cuestan cinco centavos menos que en las otras panaderías”.
Las Delicias de Colombia abrió sus puertas hace nueve años. Su propietario, José Guerrero, cuenta que en ese entonces no esperó tener tanta acogida”. Arrancó con una inversión de USD 30 000 y ahora el negocio tiene éxito.
Según Guerrero, la primera panadería colombiana se abrió en la av. Quito, hace 11 años. “Ahora ya no funciona, pero dio la pauta para que otras se instalaran”.
La panadería La Mejor, de Darío Giraldo, comenzó a funcionar hace cuatro años. Él afirma que para atraer al cliente se ampliaron los horarios de atención. “Nosotros brindamos pan fresco, de lunes a domingo, de 06:00 a 22:00. El resto atiende máximo hasta las 20:00”.
Las Delicias de Colombia también abre hasta tarde. Pero amasa el pan desde las 04:00. El panadero y tres ayudantes colocan la harina, margarina y levadura en un recipiente y luego en una máquina para hacer la masa.
Durante dos horas y sobre una mesa se moldea el pan para llevarlo luego al horno. Al día elaboran 2 000 unidades. “Para que el producto esté fresco, en el día hacemos dos tipos de masas. En la mañana se prepara un pan con más levadura, para venderlo a las 06:00. El pan de la tarde tiene menos levadura para que tome forma en el transcurso del día”, asegura Guerrero.
En La Mejor se elaboran porciones de pan entre tres y cuatro veces al día. De acuerdo con el número de clientes, se hace la masa y se hornea.
Este negocio comenzó con una inversión de USD 35 000. El dinero sirvió para comprar un horno, una refrigeradora, vitrinas, utensilios de cocina, entre otros. Por la acogida que ha experimentado este negocio , en la actualidad alcanza una producción de entre 1 500 y 2 000 panes al día.
Para Giraldo, el pan colombiano es particular porque se hace de manera industrial. Tiene ingredientes que mejoran la textura. “La suavidad del pan se debe a que en la elaboración no utilizamos manteca, porque lo reseca. La reemplazamos con la margarina, que humedece”.
Por eso, el pan colombiano puede durar suave hasta tres días, a diferencia de los tradicionales que se endurecen en un día.
La nutricionista Loly Robalino asegura que la margarina, al exponerse al horno, es una grasa menos saturada que la manteca y por tanto menos dañina.
Según Giraldo, la mayoría de clientes que prefieren esta variedad de pan son ecuatorianos.
En cambio, los colombianos llegan en busca de productos que los identifiquen con su tierra; buñuelos, arepas, café, entre otros. “Venir a una panadería colombiana es reencontrarme con un pedacito de mi patria”, dice Deysi Bejarano, una clienta que llegó desde Medellín hace tres años.
Consejos de consumo
El pan es una fuente de energía. Contiene proteínas, hierro, vitaminas, minerales e hidratos de carbono. El pan, en sí mismo, no engorda si se consume con moderación.
Las personas que no tienen sobrepeso pueden ingerir dos panes al día. Es mejor hacerlo por la mañana, para que pueda ser digerido mientras se realizan las labores cotidianas.
El pan integral contiene fibra, que es efectiva para evitar el estreñimiento y para prevenir el cáncer de colon.
El pan blanco tiene calcio, que ayuda a prevenir enfermedades como la osteoporosis.
600 dólares es el tope de facturación que logra al día una panadería de Santo Domingo.