Tras 21 años, el problema geológico no está totalmente controlado en el sector de La Josefina, en el norte de Azuay.
La noche del 29 de marzo de 1993, alrededor de 75 millones de toneladas de tierra del cerro Tamuga se desprendieron y taponaron el río Paute.
El sitio donde ocurrió esta tragedia pertenece al cantón Paute y está a 17 kilómetros de Cuenca. Allí, hubo muertos, casas arrasadas, damnificados… El valle productivo se convirtió en un gigantesco embalse que crecía conforme llegaban las aguas de los ríos Burgay y Cuenca, recuerda Carmita Sagbay, de 67 años.
Los estudios geológicos de expertos nacionales y extranjeros determinaron que el desastre sucedió porque las bases del Tamuga estaban debilitadas por la antitécnica extracción de materiales como piedra y ripio. La lluvia fue el desencadenante .
En 1997, la Unión Europea (que contribuyó con dinero y asistencia técnica) determinó que el Tamuga seguía frágil y que el riesgo de colapso persistía, porque la explotación minera regresó a la zona. Por eso, en el 2010, el Gobierno decretó en estado de excepción a la zona 1 de La Josefina. Esta declaratoria prohíbe cualquier actividad minera en el lugar.
El área comprende desde el cerro Tamuga hasta 500 metros aguas abajo, en la confluencia de los ríos Paute y Santa Bárbara. Incluye los cerros Tamuga, Mishquiyacu, Shishío y Tubón.
Al cruzar por la vía principal El Descanso-Paute se divisan estas elevaciones con escasa vegetación de retama, pino, eucalipto, nogal… Sagbay aún tiene temor y por eso aprueba la suspensión de las labores mineras. “Nadie sabe lo que perdimos y sufrimos”.
El proyecto de estabilización del cerro fue diseñado por el experto Raúl Pistonel. Determinó que debían extraerse, en dos fases, 7,75 millones de toneladas de material descomprimido y depositado tras el movimiento. Con esto, el objetivo era quitarle carga y peso al Tamuga, para bajar el riesgo.
Pero desde 1999, este cerro ha soportado tres intervenciones. En la primera fase hubo un retiro mínimo y controlado del material. El objetivo fue evitar un inminente deslizamiento, dice Francisco Toral, director del entonces Consejo de Programación de Obras Emergentes de la Cuenca del Paute (Copoe), que realizó trabajos de mitigación de La Josefina.
Para la segunda se estableció un convenio entre el Consejo Provincial y los municipios de Cuenca y Paute, bajo la dirección técnica del Consejo de Gestión de Aguas de la Cuenca del Paute, entidad que absorbió totalmente al Copoe.
Del 2006 al 2010 se sacaron 4,75 millones de toneladas. Esto no le costó al Estado. A cambio, los organismos seccionales usaron el material en sus obras.
La tercera empezó en agosto del 2012 y aún está en marcha. La Secretaría Nacional de Agua adjudicó a la firma Equitransa la extracción técnica de 3,25 millones de toneladas de áridos y la construcción de bermas y terrazas. El Ministerio de Transporte y Obras Públicas y el Municipio de Paute usan lo retirado en sus obras viales.
El contrato fue por USD 7,1 millones, incluida la fiscalización adjudicada a Acotecnic. La supervisión de estos trabajos está a cargo de la Senagua. Según el gobernador de Azuay, Humberto Cordero, las obras tienen un avance del 90% .
Desde la parroquia Jadán, en la parte alta del cantón Gualaceo, se observa una secuencia de terrazas en parte del cerro Tamuga. En los alrededores, el paisaje empieza a reverdecer. Hay pequeñas parcelas de maíz, fréjol y hortalizas que han sembrado sus dueños.
Sin embargo, cuando estos trabajos concluyan no acabará la estabilización. Cordero dice que en julio se firmará un nuevo contrato para extraer más material del Tamuga porque aún no se logra la seguridad completa. “En los 19 primeros años no se hizo nada”.
Para él, con la estabilización se precautela las centrales hidroeléctricas ubicadas aguas abajo como Paute, Mazar, Sopladora, Cardenillo… “Pero también se evita otra tragedia”.
En cambio, Francisco Toral considera que el Tamuga ya está asegurado, porque se descargaron las energías acumuladas y el sobrepeso. Pero recomendó prestar atención al cerro Mishquiyacu, ubicado frente al Tamuga, que según los monitoreos registra movimientos leves de tierra.
Según Cordero, está por firmarse un convenio con la Universidad de Cuenca para hacer estudios técnicos que determinen la situación de este cerro y qué obras se necesitan.
Los datos
- 35 personas fallecieron en el desastre de hace 21 años, ocurrido en La Josefina.
- 30 viviendas fueron destruidas y 741 quedaron parcialmente afectadas por el deslave.
- 40 kilómetros de vías de la provincia de azuaya quedaron arruinados en ese entonces.
- 1 800 hectáreas de cultivos de la zona nororiental de azuay se perdieron en el desastre.
- 6 430 personas fueron damnificadas en los cantones Paute, Gualaceo y Cuenca.
- USD 148 millones en pérdidas económicas dejó este desastre, según la FAO.