Por primera vez en la historia de Manta, siete veleros y sus tripulaciones son huéspedes de su puerto.
Los marinos, que llegaron la noche del 2 de mayo desde Perú, anclaron sus naves frente a las costas de la caleta de pescadores San Mateo, en el suroeste de Manta (Manabí).
Cada cubierta de los pintorescos buques aparece llena de cuerdas. Sus velas están recogidas, mientras las naves participan en la regata Velas Latinoamérica, cuya parada en Ecuador se desarrolla en Manabí, del 3 al 7 de mayo.
Este Diario tuvo acceso a las instalaciones del velero Gloria, de la Armada de Colombia.
Al alta mar se practicaron las maniobras de abordaje. El oleaje moderado hizo bambolear a la embarcación, donde el equilibrio es clave en esta clase de ejercicios militares.
En estas labores también participan los veleros Libertad de Argentina, Cisne Branco de Brasil, Esmeralda de Chile, Buque Escuela Guayas de Ecuador, Simón Bolívar de Venezuela, Cuauhtémoc de México y el motovelero Ice Lady Patagonia de Argentina.
El Gloria, con 46 años en funcionamiento desde que fue lanzado al mar en los astilleros de Celaya España en 1968, se muestra impecable.
Este navío tiene tres hermanos de similares características: el Simón Bolívar, Cuauhtémoc y el buque escuela Guayas. En la cubierta del velero, el ir y venir de la tripulación es constante. Sus 170 marinos trabajaban a ritmo acelerado. Es el sábado 3 de mayo. Ese día protagonizaron junto a los seis veleros un desfile náutico frente a las costas de Manta.
El viento sopla con sentido noreste en esta época del año. Las 11 velas del Gloria estaban recogidas y apenas desplegó una, la que da hacia la proa.
En esa maniobra participaron 20 cadetes, quienes son los futuros integrantes de la Armada colombiana.
Los marinos visten pantalones blancos y buzos de amarillo, azul y rojo, los colores que simbolizan la bandera de esa nación vecina. Entre la tripulación están 14 mujeres, una de ellas es médico.
La cadete María Segura es de Cali y trabaja junto a su compañera, la cadete Zoila Ortegón, quien es de Bogotá. Ambas coinciden que en la carrera de la Armada hay que romper miedos para conquistar nuevas metas. Estas jóvenes, junto a sus otras compañeras, ejecutan las mismas tareas que los hombres, aunque siente que aún existe un poco de machismo.
A Segura y Ortegón no les tiemblan las piernas, dicen, cuando tienen que subir a lo alto, hacia los mástiles que forman la estructura de las velas, las cuales llegan hasta los 40 metros de altura.
En el interior del velero, cada tripulante tiene su tarea asignada. Los habitáculos en los veleros son limitados: dos metros de frente por tres de fondo. Ahí cada espacio cuenta y es aprovechado al máximo. En ese espacio están una cama de plaza y media, un escritorio, pequeños clósets y un baño.
Las actividades cotidianas se conjugan con el mantenimiento de las naves y los estudios, pues todos tienen la característica de buques escuela.
El Libertad de Argentina es uno de los más grandes de la escuadra de veleros que forman parte de la regata. Su tripulación está compuesta por 300 personas, de las que 20 son mujeres. Este navío posee un quirófano para atender urgencias de cirugías menores. Hay tres cocinas para atender a la numerosa tripulación.
El Cisne Branco, velero de Brasil, es una de las embarcaciones más pequeñas de esta flota latinoamericana. Tiene capacidad para 75 tripulantes, y posee mujeres dentro de sus cadetes. Sus marinos trabajan mucho en el mantenimiento del sistema de velas, cuerdas, la cubierta y el interior y exterior de la nave. Ese es un procedimiento similar al que se realiza en todos los veleros.
El chileno Esmeralda es el segundo velero más grande del mundo, pues tiene 113 metros de eslora, 13,1 metros de manga, una profundidad de 7 metros y 17 velas que lo llevan por el mar.
Los marinos también desarrollan actividades complementarias en Manta. Por ejemplo, los siete veleros protagonizaron un desfile en el malecón del puerto mantense.
Además, participaron en comparsas con trajes típicos de cada uno de sus países. El desfile se concentró en la avenida Cuatro de Noviembre, frente al mar, donde llegaron cientos de manabitas, no solo de Manta.
Los veleros terminarán su visita este miércoles y continuarán rumbo a Venezuela, República Dominicana y México.
En contexto
La regata Velas Latinoamérica recorre los mares desde Brasil, sigue por Uruguay, Argentina, Chile, Perú y Manta, en Manabí (Ecuador). A cada país que llegan practican los ejercicios navales y se presentan ante los habitantes de cada puerto en desfiles.