Mientras el invierno se siente con fuerza en la Sierra norte, en el Austro las lluvias son esporádicas. En Loja, los ríos mermaron sus caudales.Ayer no hubo sol intenso como en días anteriores, pero la temperatura en Loja llegó a los 22 grados centígrados al mediodía. En Cuenca llegó a 20 grados.
El alemán Andreas Fries es docente e investigador de la Unidad de Hidrología y Meteorología de la Universidad Técnica Particular de Loja.
Él atribuye esa diferencia de comportamiento climático a la ubicación geográfica. Loja y Azuay están ubicadas en la zona más baja de la cordillera.
Según él, esa condición hace que los vientos que, en la actualidad, soplan con fuerza desde la Amazonía, arrasen fácilmente la humedad que se produce en el Austro. Y se dirige a la Costa.
Por ello, es más probable que esa humedad genere tormentas en El Oro y no en Loja y Azuay. Desde la vía que une Tarqui con Victoria del Portete (parroquias cuencanas) se observa que el terreno está seco y las plantas de maíz no crecieron.
Algunas están quemadas por las heladas y porque las precipitaciones son esporádicas. Juan Antonio Zhagui, de 75 años, lloró hace dos semanas porque se le murieron tres vacas por falta de agua y el pasto no creció. Sus animales no tuvieron qué comer.
Zhagui cuenta que todos los años en diciembre es una época de sequía en Azuay. Por eso, pidió un crédito de USD 30 000 para comprar una bomba y regar sus sembríos y de esta manera tener frutos, hortalizas y leche para su familia. Pero no pudo minimizar los efectos en el pasto.
La situación es diferente en Pichincha porque está en una zona alta de la cordillera, dice Fries. Allí, la humedad es menos afectada por los vientos, por lo que actúa directamente provocando las tormentas.
El investigador cree que en el Austro hay un retraso de precipitaciones, pero no una ausencia total. En el cantón Catamayo (Loja), donde está el aeropuerto Camilo Ponce Enríquez, el meteorólogo Marco Verdesoto dice que hay más humedad y bruma, por lo que “el invierno está próximo”. La temperatura bajó de 35 a 30 grados centígrados, desde el fin de semana.
Eduardo Recalde, del departamento de Meteorología del aeropuerto de Quito, también hace su aporte. Coincide con el alemán Fries sobre la situación geográfica del Austro. Por ello, se registran precipitaciones más bajas en diciembre. En la región, en este mes llueve 85 milímetros y las más altas se registran en abril con 121,15 milímetros.
En el resto del callejón interandino hay un superávit de lluvias de hasta el 51% de lo normal, como ocurre en Quito. En el centro y sur de la Sierra se registra un déficit de hasta 64% de precipitaciones, como ocurre en la provincia de Loja, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).
El Inamhi también tiene su análisis. Esta anomalía climática en el caso de la Sierra norte, según el técnico Hernán Parreño, obedece a la influencia del fenómeno atmosférico conocido como La Niña.
La Niña en unas partes ocasiona fuertes lluvias y en otras disminución o déficit de lluvias. ¿Por qué ocurre? Parreño explica que este fenómeno océano-atmósfera (La Niña) produce masas de aire húmedo en el norte de Sudamérica que generan fuertes lluvias como en Venezuela y en Colombia.
Esas masas de aire avanzan hacia el sur del continente (norte de Ecuador). “Por eso es que en Carchi, Imbabura y Pichincha hay fuertes precipitaciones que superaron los valores normales”.
Él dice que las mediciones atmosféricas que realiza el Inamhi prevén que las fuertes precipitaciones en la parte norte del callejón interandino seguirán hasta finales de este mes. “En el sur habrá un ingreso paulatino de condiciones atmosféricas más húmedas generando un período normal de lluvias”.
Los efectos
En la zona fronteriza de Loja hay lloviznas esporádicas, principalmente en el cantón Zapotillo. Hubo un retraso en la siembre de cebolla y maíz. Se prevé que lo hagan en enero próximo.
En Tarqui, una zona ganadera de Azuay, se redujo la producción de leche. Este mes 100 pequeños ganaderos bajaron el ordeño de 4 700 litros al día a 3 000.
Por la falta de lluvias, el caudal que sirve para la provisión de agua potable de Loja disminuyó de 600 a 460 litros por segundo. Por ello, hay cortes en el servicio en la capital lojana.