A Martha Delgado, el invierno no le trae buenos recuerdos. Han pasado 25 meses desde que un aluvión se llevó a sus dos hijas. Fue una noche trágica en la cual la quebrada de Tanguarín, en San Antonio de Ibarra, arrasó tres casas.
De la vivienda de Delgado solo quedan vestigios. Actualmente, esta ama de casa, de 28 años, vive en un inmueble alquilado, en el mismo barrio.
Santiago, su hijo de un año, aplacó su pena y la de su esposo, Héctor Arredondo. Las fotos de Jennifer, que tenía 7 años, y Scarleth, de 2, resaltan en el taller de costura, en donde pasa la mayor parte del tiempo Delgado.
El 7 de abril último, los padres de las pequeñas ofrecieron una misa en memoria de sus hijas. Ese mes, hace 2 años fue el más trágico de Imbabura. Según la Secretaría de Gestión de Riesgos, en el 2011 fallecieron 14 personas a causa de los deslaves provocados en aguaceros. También hubo cinco heridos y 184 damnificados.
Como Delgado, los familiares de las víctimas han tenido que reponerse para seguir adelante. Este es el caso de Ernesto Perugachi, quien perdió a toda su familia.
Un deslave sorprendió a su esposa Carmen Oyagata y cuatro hijos mientras dormían. Esa noche, Perugachi, que se desempeña como cargador, trabajaba a doble jornada en una fábrica de cemento.
De su vivienda, de dos plantas, situada en la comunidad de Yambiro Alto, en Otavalo, no queda nada. Unos matorrales invaden el piso que estaba cubierto de cemento y restos de cerámica.
Perugachi se mudó a otra comunidad. No podía resistir ver el lugar donde vivían sus hijos, comenta su cuñada Josefina Oyagata.
En Ilumán, mientras tanto, María Cristina Yamberla cumplió 2 años viviendo en la casa comunal de San Luis de Agualongo. Ahí, junto a su hija Blanca Marisol, de 4 años, la Tenencia Política la reubicó hasta que su casa, averiada por el invierno, fuera reparada. Pero aún no comienzan los trabajos.
La única que ha recibido una vivienda nueva es Delgado. El Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) construyó 15 viviendas en los sectores de Pucahuaico y Tanguarín para los damnificados de San Antonio de Ibarra que perdieron sus inmuebles. Sin embargo, Delgado no ha podido mudarse a su casa nueva de Tanguarín, porque no cuenta con agua potable, alcantarillado y luz eléctrica, pese a que ya le entregaron las llaves.
En la comunidad de Yambiro, igualmente, aún no se cumple la construcción de nueve viviendas. El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) dispuso la edificación de las propiedades para reubicar a las personas que viven en sitios de riesgos, cerca a las quebradas y al pie de las lomas.
Según Luis Sánchez, director provincial del Miduvi, no han podido construirlas, porque los lotes de terrenos no han sido adjudicados aún a los damnificados. Además, el sitio destinado para la reubicación no tiene agua potable, alcantarillado y energía eléctrica.
Blanca Perugachi, presidenta de la comunidad, asegura que el trámite está quedado en el Municipio de Otavalo. Asegura que están cansados de rogar por ayuda.
“Ahora nos dicen que cada beneficiario debe pagar USD 270 por el valor de los terrenos”. Perugachi indica que se trata de familias numerosas y de escasos recursos económicos, que no tienen esa cantidad de plata para dar.
Por ahora, las familias afectadas permanecen en casas de familiares, de vecinos o en los inmuebles declarados en riesgo.
Josefina Oyagata lamenta que su padre Manuel no pudiera ver la casa nueva. El agricultor murió hace un mes.
En el Municipio de Otavalo se informó que el proyecto arquitectónico está listo desde hace un año. Pero Fabián Villalba, director de Planificación, comenta que se estudia su factibilidad en el Departamento Jurídico del Cabildo.
Y este año, la época lluviosa llegó con fuerza. Por ejemplo, en Ibarra, el agua destruyó los diques construidos en las quebradas que bajan por faldas del volcán Imbabura.
A Jorge Terán, director de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, le preocupa que hay familias que viven cerca a las quebradas que deben ser reubicadas.
Martha Delgado abraza a su hijo y dice que nada le devolverá a sus otras dos hijas.
Los damnificados
El Miduvi edificó 15 viviendas para los damnificados de San Antonio de Ibarra. Nueve fueron reubicadas en la comunidad de Pucahuaico, cantón Ibarra.
La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos afina un estudio sobre las viviendas levantadas junto a cinco quebradas.
El borrador del diagnóstico determina que están asentadas junto a las quebradas de Tanguarín 26 viviendas, de Los Laureles 10 y de La Flores 10.
En los últimos 2 años, las vías y los puentes fueron reconstruidos por la Prefectura.
Los cantones de Ibarra, Otavalo y Pimampiro fueron los más afectados por el invierno de los dos últimos años.