La maleza impide ver la fachada de lo que un día fue un albergue del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
Está en el barrio 28 de junio, de la parroquia Vuelta Larga (sur de Esmeraldas). Esa obra fue levantada en el 2008, pero ahora está abandonada.
Las autoridades de entonces la gestionaron como alternativa a los centros educativos, que eran ocupados para acoger a los damnificados de desastres naturales. Pero luego no se dio mantenimiento al refugio.
En el MIES se dijo que el refugio tenía capacidad para 200 personas. Hace cinco años -cuenta uno de los técnicos que pidió la reserva- la obra iba a ser inaugurada. Pero en los días previos se inundó por la lluvia. Entonces fue descartado como refugio porque recién ahí se dieron cuenta que fue construida en una zona técnicamente no adecuada.
¿Cuánto costó la obra? Según el Ministerio, hay un proceso abierto en la Contraloría y mientras este dure no pueden pronunciarse al respecto. Pero tenía baños, dormitorios, cocina y un tanque elevado para reservar agua potable.
En la provincia no existen albergues fijos ni adecuados para albergar a los damnificados. Lo técnico, según el Cuerpo de Bomberos, sería contar con al menos dos completos en cada uno de los siete cantones.
Por su ubicación geográfica (frente al mar y cruzada por ríos), Esmeraldas es de las más vulnerables a inundaciones.
En el invierno pasado se registraron 4 294 personas afectadas, 40 evacuados, 39 damnificados, 1 125 casas afectadas y 8 viviendas destruidas, según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo (SNGR).
Una de las víctimas fue Maritza González. Su vivienda se desplomó en el 2008 en el barrio La Cocoi. La construcción de caña y guadúa cayó tras ceder la tierra.
El jefe del Cuerpo de Bomberos, José Vivero, recuerda que Yagual debía ser llevada a un albergue con sus ocho hijos. En esa época intentaron llevarla al refugio de Vuelta Larga, pero les informaron que dejó de funcionar.
Entonces hubo que trasladarla a la escuela Leonidas Mario Drouet. “Los planteles educativos siempre han sido los refugios”, dice Vivero.
El excoordinador de la Defensa Civil, Luis Reina, agrega que en Esmeraldas no se han preocupado de construir un sitio de acogida administrado por el Estado para personas afectadas no solo por el invierno sino por otros desastres.
“Usar los planteles educativos para que pernocten personas no es buena opción. La infraestructura se daña y los alumnos pierden clase. Además la infraestructura no presta las condiciones necesarias”.
En su administración, afirma, tuvo reportes de autoridades de escuelas y colegios que se quejaron por esos problemas. Fue el caso de la escuela Leonidas Mario Drouet, donde la encargada de la limpieza denunció que las baterías sanitarias y las paredes de las aulas quedaron desmejoradas.
El Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, como alternativa, ensayó la instalación de albergues móviles. Son viviendas armables que se levantan de forma temporal. Una se instaló e n el barrio Propicia 1, donde 10 familias viven allí desde hace dos años y tres meses. Ellas se han negado a salir.
Juana García, una moradora, aseguró que mientras no les entreguen las casas dignas ofrecidas se resistirán al desalojo.
En contexto
Esmeraldas es una de las provincias más afectadas durante el invierno. En este año ya se han registrado cinco casas afectadas en el sector de Vuelta Larga y varios deslizamientos de tierra en los sectores El Cabezón y en la vía que conduce al botadero de basura.
14 albergues se necesitan en la provincia de Esmeraldas