Cerca de 50 familiares de emigrantes, el pasado martes, esperaban con expectativa a sus parientes. Habían madrugado para ocupar los mejores espacios en la sala de arribo del aeropuerto Mariscal La Mar, de Cuenca. Nube Jiménez llegó a las 08:15 a esperar a su hijo Héctor Guartán, de 24 años. Él arribó a las 10:00, desde Estados Unidos. La mujer de 50 años, oriunda de la parroquia Ludo, cantón Sígsig, estaba nerviosa durante la espera.
De momentos invocaba a la Virgen de El Cisne para que protegiera a su hijo, que no veía desde hace ocho años. A su lado estaba su esposo Miguel, quien tenía ansiedad por abrazarlo. Holger, de 14, también faltó a clases en el colegio para conocer a su hermano.
Cuando Héctor emigró, Holger tenía 6 años y casi no guarda recuerdos de esa época. Esta vez él tenía listo su celular para hacer fotos apenas llegara su hermano.
Desde noviembre pasado llegan los emigrantes para pasar la Navidad y Año Nuevo con sus parientes y amigos. En los mostradores de las aerolíneas, en especial las que tienen vuelos hacia EE.UU. y Europa (Aerogal y LAN), hay un aumento de pasajeros.
Familias enteras salen con varias maletas que traen sus parientes. Pero en esta ocasión no en la misma cantidad como en años anteriores. Héctor Guartán dice que no trajo muchos regalos porque no tiene dinero, ya que ahora en Estados Unidos la situación económica es complicada.
Llegó solo con dos maletas de regalos para sus padres y cuatro hermanos en Sígsig.
Según el director de la Corporación Aeroportuaria, Diego Andrade, en este mes sube de 2 000 a 2 800 el número de pasajeros que se movilizan cada día. Cuenca recibe 14 vuelos diarios desde Quito y Guayaquil, de lunes a viernes. Pablo Calle, gerente de Tame Cuenca, calcula que el 40% que llega en estos días es emigrante.
María Carchi, del cantón cañarense de Biblián, también estuvo en el aeropuerto cuencano. Ella y su familia llegaron con globos, cámaras fotográficas y filmadoras para el recibimiento de su madre Rosa Carchipulla. No la veían desde hace dos años.
Esta emigrante trajo dos maletas. Temía que en los controles aduaneros le quitaran la ropa o equipos tecnológicos. Esa misma preocupación tenía Susana Pinzón, quien arribó con dos valijas con recuerdos para sus hijos. “En EE.UU. hay comentarios que los controles están excesivos”.
El tiempo transcurría y Nube Jiménez recordaba que se endeudaron en USD 12 000 para que Héctor emigrara. “Se tardó un mes en llegar. Fue angustioso no tener noticias durante ese tiempo”.
Hace un mes, Jiménez se enteró que su hijo venía a Cuenca a visitarlos porque obtuvo los papeles y en su trabajo le dieron permiso.
Cinco de los 10 hijos de Miguel Guartán emigraron porque la agricultura “no da para vivir y menos para ahorrar”. En su pueblo todas las familias se reúnen para festejar la Navidad y por eso Héctor se vino en esta época.
En vacaciones y feriado
Los vuelos de las 10:00 de Aerogal y de las 13:00 de LAN son los más demandados por los emigrantes que llegan a Cuenca.
En vacaciones, entre julio y agosto, y por Navidad y Año Nuevo, aumenta el número de emigrantes ecuatorianos que llegan al país a visitar a sus familiares.
La Corporación Aeroportuaria de Cuenca iniciará en los próximos días una encuesta para determinar cuántos emigrantes llegan este mes a Cuenca.
2 800 pasajeros se movilizan a diario en esta temporada, a través del aeropuerto de Cuenca.