La posible erupción del volcán Cotopaxi no está descartada. La última ocurrió en 1877 y se caracterizó por la expulsión de flujos de escombros y lodo (lahares), caída de roca, ceniza, lava, gases y sismos.
Por eso, los preparativos para proteger y preparar a la población de la zonas de riesgo empezaron. En el año lectivo 2008-2009, el Municipio de Latacunga y la Secretaría de Gestión de Riesgos capacitaron a 15 000 estudiantes de escuelas y colegios. Ahora, preparan un simulacro de evacuación en noviembre en Latacunga.
Además, se colocó un sistema de señalización de riesgos, para indicar cuáles son las vías de evacuación y las zonas de seguridad.
Diego Molina, coordinador de la Unidad de Seguridad Ciudadana y Gestión de Riesgos del Cabildo, explicó que la erupción del Cotopaxi afectaría a 82 de los 118 barrios. Lo más peligroso, según él, son los lahares pues también dañarían al valle de Los Chillos y Tumbaco (Pichincha) y Latacunga y Salcedo (Cotopaxi).
“La coordinación con los presidentes de los barrios es constante. Con ellos trabajamos en la elaboración de los planes barriales de emergencia”, señaló Molina.
El último simulacro que se realizó en Cotopaxi fue en el 2003. Allí participó Alberto Quimbita, un vecino de la parroquia Aláquez, en el norte de Latacunga. Tiene 50 años y sabe que debe caminar 15 minutos hasta el centro parroquial considerado como zona de seguridad.
Quimbita y otras 60 familias habitan en las riberas del río Aláquez. “Por allí, dicen los técnicos, bajarán los flujos de lodo del coloso, pero hasta el momento no hay señalización que indique las vías por dónde debemos evacuar. Hay que estar preparados”.
La primera fase de la señalización concluyó el mes pasado. Se colocaron 400 letreros en Salcedo y 190 en Latacunga. “En total se colocarán 1 200 señales, para alertar el peligro, zona de seguridad, refugio temporal, prohibido el tránsito, albergue y punto de encuentro”, dijo Marcelo Ayala, funcionario de la Secretaría de Gestión de Riesgos de Cotopaxi.
Patricia Mothes, vulcanóloga del Instituto Geofísico, aseguró que por ahora no hay de qué preocuparse. “La actividad del volcán es baja y estable. Entre el 2002 y 2005 se presentaron 25 sismos por día. Hoy son 14. Tenemos equipos de monitoreo continuo”.