Si el valor máximo permisible de ruido en horario diurno es de 65 decibeles, Ambato está en el límite, entre 60 y 63 decibeles. Esta es la conclusión a la que llega un estudio desarrollado por la Escuela de Ingeniería Química de la Universidad Central del Ecuador.
Según el análisis, en el día, el 84% de ruido de la ciudad proviene del tránsito urbano, el 8% es de origen industrial, el 4% está en la construcción y el restante 4% es ruido sin especificar su origen.
La investigación generó que el Municipio ambateño iniciara una campaña contra el ruido.
A mediados de octubre, personeros del Cabildo, acompañados por mimos, salieron a las calles para explicar y colocar adhesivos informativos del plan, que implica usar menos las bocinas de buses y autos particulares y bajar el volumen a los parlantes de los locales comerciales.
Xiomara López es la dueña del almacén Las Flores, ubicado en la avenida Cevallos. Allí vende electrodomésticos y regalos. Una vez por mes hace una exhibición para comercializar a menor precio los objetos que no se vendieron.
“Yo pongo parlantes y música bailable para atraer a los clientes”, dice. Desde ahora ya no podrá subir el volumen de su equipo. Hará su negocio pero con un sonido que no supere los 60 decibeles.
Más vivo, menos ruido es el nombre de la campaña de la Dirección de Medioambiente municipal. En este mes está prevista la fase informativa del plan, explica Diana Fiallos, directora de la cruzada.
En diciembre, en cambio, se aplicarán las sanciones. Las multas se impondrán por el incumplimiento a la Ordenanza del Uso del Suelo, que prohíbe la colocación de cualquier tipo de parlantes en la vía pública. Esta se penalizará con el pago de USD 100.
Asimismo, la multa por la utilización de parlantes para cualquier tipo de publicidad será de USD 500. La Ordenanza de Control Ambiental establece que el ruido no deberá estar sobre los decibeles permisibles en las zonas.
Excederse implicará una sanción que va entre los USD 800 y 1 500. En el caso de reincidir, el local puede ser clausurado temporalmente.
La difusión del plan terminará a finales de este mes. Está a cargo de los funcionarios municipales. La idea es generar conciencia ciudadana para evitar el uso innecesario de las bocinas de los vehículos.
De acuerdo con el médico Carlos Palacios, las personas más expuestas al ruido viven en las zonas de alta contaminación o quienes trabajan en fábricas, aeropuertos o son conductores de buses.
“Una bocina de automóvil puede generar 90 decibeles, la de bus 100, una conversación normal 55, una en alta voz 70, un avión volando 130. Y, el límite del umbral del dolor es 120 decibeles. Ahí realmente el ambiente se torna insoportable”, finaliza el galeno.
Punto de vista
Leonel Añasco/ Médico otorrinolaringólogo
‘Hay tres tipos de reacciones por los efectos del ruido’
Los resultados del ruido excesivo en la salud se catalogan en tres tipos de reacciones: fisicopatológicas, psicológicas y lesivas.
Las primeras son aquellas que afectan físicamente al organismo en sus funciones como aceleración de la respiración y del pulso, aumento de la presión arterial…
En los cambios psicológicos, en cambio, se disminuye la concentración, la efectividad y la productividad y aumenta la frecuencia de accidentes de trabajo, la irritabilidad y los estados histéricos y neuróticos.
Y, los lesivos son los que ocasionan daños orgánicos. Se producen lesiones de mayor o menor gravedad.