Tras cuatro meses de calma el volcán Tungurahua empezó otro ciclo eruptivo el domingo pasado. Esto preocupa a cientos de agricultores y ganaderos en las parroquias próximas al coloso situadas en las provincias de Tungurahua y de Chimborazo.
Ayer, durante las primeras 24 horas de reactivación volcánica, la rutina diaria no varió para decenas de familias que residen en las inmediaciones del volcán.
A pesar del cambio de alerta, de amarilla a naranja, propuesta por la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos para varias localidades, sus habitantes estaban enterados de que la evacuación todavía era voluntaria hacia los reasentamientos y a los albergues.
Durante la mañana, cuando las lluvias disminuyeron y el sol brilló por unas horas a partir de las 09:00, José Chimbolema caminaba sin inquietarse por el hongo de ceniza de 3 kilómetros de altura que se formaba en el cráter del Tungurahua. Él reside en el sector de La Quesera, a un costado de la carretera Pelileo-Cotaló.
“Los bramidos del Tungurahua ya no nos inquietan mucho. Tenemos que trabajar en los cultivos que son nuestra forma de vida porque empezaremos las cosechas entre diciembre y enero”.
En Cotaló, la agricultora María Cortez se sintió nerviosa cuando observó la incandescencia y una precipitación de piedras diminutas que caían del cielo tras varias explosiones la tarde del domingo. Cotaló se encuentra a 5 kilómetros en línea recta del volcán.
“Pero la lluvia que cayó durante toda la noche lavó los cultivos y los pastos. Eso nos dio un respiro. Sin embargo, me pone nerviosa cuando tengamos que evacuar a nuestro ganado hacia otras zonas de la provincia”.
Las clases no se suspendieron en los cantones Baños, Pelileo, Penipe y comunidades vecinas como Bilbao, Cusúa, Cotaló, Huambaló, entre otras. En la Escuela Cotaló, el director Ángel Aguilar, inició las actividades académicas con la entrega de mascarillas a los alumnos.
En ese centro educativo estudian 254 escolares. Las aulas son de bloque y hormigón y la construcción es relativamente nueva.
Las mascarillas les fueron obsequiadas en el Centro de Salud local. Las niñas y niños dudaban en utilizar estos implementos para proteger sus narices y gargantas de la ceniza que, según esperaban, empezaría a acumularse como en otras ocasiones sobre el patio de cemento y sobre la cancha.
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En Chacauco, otra de las poblaciones afectadas, en una antigua vivienda se hallaba Olga Miranda Esta agricultora de 75 años preparaba el almuerzo para su esposo, Salvador Páez, mientras él trabajaba en los cultivos de maíz, papa y fréjol. La pareja vive tres días a la semana en Chacauco y el resto en el nuevo asentamiento, ubicado en La Paz, en Pelileo.
En Bilbao, Chimborazo, la gente estaba calmada. Para Susana Ojeda, las autoridades exageran cuando hay emisiones de ceniza. “No podemos dejar de labrar la tierra. Es lo único que sabemos hacer para vivir”.
Su temor es que las cosas empeoren en los días posteriores porque la Policía impide la circulación de vehículos por la carretera Baños-Penipe, desde la noche del domingo. Un camión y un patrullero permanecen en el sector de Los Pájaros para hacer cumplir la disposición.
Los campesinos de Chacauco se acostumbraron a salir en la mañana desde el reasentamiento de la Paz hacia sus huertos en Chacauco y Bilbao. Pero no siempre pueden cumplir con esa rutina.
Por ejemplo, María Angélica Morocho pasa la mayor parte del tiempo en Chacauco. “No siempre puedo regresar a la casa de La Paz porque el pasaje cuesta USD 1 por persona. Con mi esposo ya serían dos y también necesitamos para el regreso. No podemos hacer ese gasto todos los días”.
Las explosiones son continuas
En menos de 24 horas la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos cambió la alerta volcánica de amarilla a naranja para las zonas que están cerca del volcán Tungurahua. Esta condición rige, por ejemplo, para poblados como Cusúa, Chacauco, Bilbao, El Manzano, Chonglontús, Puela, Pungal de Puela, El Altar, Yuibug, Palictahua, entre otros.
Esto significa que sus habitantes pueden evacuar voluntariamente a las zonas de seguridad y hacia los reasentamientos situados en La Paz (Pelileo), Penipe y Río Verde en el cantón Baños.
La ciudad de Baños de Agua Santa se mantiene en alerta amarilla y según el alcalde José Luis Freire las actividades turísticas, educativas y comerciales se realizan con normalidad. “Sin embargo, estamos trabajando en la adecuación de tres albergues en los sectores El Aguacatal, Santa Ana y la Escuela de Formación de Policía”, dijo Freire.
Para Lilian Troncoso, responsable del monitoreo de la base de Guadalupe del Instituto Geofísico, la actividad del volcán Tungurahua se mantiene de moderada a alta. Ayer, se registraron varias explosiones con la expulsión de vapor y ceniza que alcanzó los tres kilómetros de altura.
“Los cañonazos provocaron la vibración de ventanales en Runtún y Guadalupe. Además, se observó incandescencia sobre el cráter. La reactivación actual es similar a la ocurrida en mayo y diciembre del año pasado. Esta se caracterizó por un inicio violento de la actividad que generó flujos piroclásticos y una emisión constante de ceniza”, dijo Troncoso.
Alexis Sánchez, gobernador de Tungurahua, mencionó que la Policía y el Ejército vigilan el ingreso y salida de la gente en las zonas aledañas al volcán que se encuentran en alerta naranja.
Las explosiones
Según el Instituto Geofísico, en la tarde y noche del domingo el volcán Tungurahua presentó un rápido proceso eruptivo acompañado de explosiones, flujos piroclásticos, emisión de bloques incandescentes y caídas de ceniza y cascajo, en el flanco occidental del coloso.
A partir de las 16:50 de ese día, se registraron cuatro sismos de origen vulcano-tectónico seguidos por dos explosiones pequeñas (17:01 y 17:05) y tres mayores a las 17:18, 17:31 y 17:35.
A las 18:58 se reportó un nuevo flujo piroclástico que descendió por la quebrada de Achupashal. A las 19:05 se observaron flujos piroclásticos en los flancos sur y suroccidental del volcán.