Paola Q. dio a luz hace un mes a su hijo Christian. En medio de su nueva responsabilidad, ella no se retiró del tercero de bachillerato en la especialización modas en el Instituto Isabel de Godín.
Esta entidad acoge a jóvenes madres en estado de gestación. En la actualidad allí estudian 29 adolescentes entre embarazadas y madres. Este proyecto se inició en el 2003 con el apoyo de los ministerios de Salud y de Educación.
Paola es parte de las 2 658 adolescentes embarazadas, que registró la Dirección de Salud de Chimborazo en el 2011.
El año pasado subió a 2 770 chicas de entre 10 y 19 años. Esta cifra corresponde al primer control prenatal que se hizo oficialmente en los centros, subcentros de salud y hospitales de esta provincia.
Para evitar los embarazos prematuros, el Ministerio de Salud distribuirá en las 24 provincias del país la pastilla del día después o píldora de emergencia.
Esto generó resistencia. Eugenia Ochoa, pedagoga del Departamento de Bienestar Estudiantil del Instituto Isabel de Godín, explica que esta institución hace 10 años trabaja en un programa de prevención de embarazos y atiende a las alumnas que son madres.
Ella no está de acuerdo con el uso de métodos anticonceptivos. Piensa que debe educarse en valores. “Las chicas tienen que aprender a cuidar su cuerpo y decir no”.
Con la campaña interna se preveía que los índices de embarazo bajarían para este año. Sin embargo, estos subieron. En el 2011 esta institución registró 16 embarazos. En lo que va de este año lectivo subieron a 29. Antes la actividad sexual se iniciaba a los 17 y 18 años, ahora es a 14 y 15 años. “En un solo curso hay cuatro chicas en gestación”, dice Ochoa.
Por eso no aprueba la entrega de la píldora. Opina que cuando algo es un tabú causa mayor curiosidad y si algo es permitido se convierte en libertinaje.
Paola espera graduarse. Cuenta que lo sucedido fue por curiosidad, a pesar de la capacitación que recibió. Ella decidió no revelar lo que le pasaba. Tenía temor de que su familia la rechazara.
Ella es la segunda de tres hermanas. Pero su progenitora María Chauca insistó en llevarla al médico debido a los vómitos continuos. Una vez en el consultorio Paola reveló que llevaba dos meses de embarazo. Eso enojó a la madre.
Ella no le habló durante un mes. “Estaba triste, pensé que mi pareja también me abandonaría. En la institución educativa los maestros de Orientación Estudiantil me apoyaron. Ellos se reunieron con mi madre. Ahora me ayuda en el cuidado de mi bebé”.
En la Dirección de Salud está en marcha desde hace un año la Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención de Embarazos en los Adolescentes (Enipla). Juan Pablo Mazón, quien es parte de este plan, explicó que la píldora solo se entregará previo a una consultoría médica. “La idea es evitar el uso exagerado de este anticonceptivo”.
El jueves pasado, Pilar T., de 16 años, asistió al dispensario médico del Instituto Isabel de Godín. La doctora Marcia Silva atendió a Pilar, que tiene siete meses de gestación. La joven llegó al control mensual. La especialista le pidió que se recostara en la camilla y la revisó. Todo estaba bien.
En las paredes del puesto de salud hay afiches sobre cómo evitar los embarazos. A todas las chicas que van a la consulta les informa. Silva dijo que el apoyo a las madres las ha ayudado a salir adelante. “Por eso siguen con su proyecto de vida. Es decir, graduarse, casarse y tener mas hijos”, dice Silva.
Maestros capacitados
En la campaña del Enipla, el año pasado, los técnicos capacitaron a 180 trabajadoras sociales, orientadoras vocacionales y psicólogos de los colegios de Chimborazo. En 42 centros educativos se impartieron clases de valores y sobre planificación familiar a los alumnos de octavo y noveno de básica.
El psicólogo Juan Pablo Mazón dijo que cuando el adolescente se entera que está embarazada cae en un estado de ansiedad, de miedo y de depresión. En ese instante no sabe qué hacer. En un inicio comenta a su pareja, pero esta la rechaza.