Las lluvias invernales retornaron con fuerza a la costa norte ecuatoriana este viernes 6 de febrero del 2015.
El desbordamiento de los ríos Ónzole, Verde, Cayapas y Santiago anegó 70 comunidades, asentadas en los cantones Rioverde y Eloy Alfaro, en el norte de la provincia de Esmeraldas.
Las viviendas de los habitantes quedaron bajo el agua y hasta este sábado 7 de febrero el agua no bajaba, debido a que seguía lloviendo. La Gobernación, los alcaldes de los Municipio y la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos evaluaban las condiciones de los damnificados.
En la provincia de Manabí cayó una lluvia durante ocho horas. Hubo inconvenientes en los cantones Manta, Chone y Junín.
Estas precipitaciones aliviaron la angustia de los ganaderos de la comuna Las Lagunas, en el cantón Montecristi, donde han muerto 100 reses por la escasez de agua. El pasto se secó y los animales no tenían qué comer desde diciembre pasado.
Xavier Valencia, coordinador zonal del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuacultura (Magap), dijo que se trabaja en el despacho de ensilaje a los ganaderos afectados por la inusual sequía en plena época de invierno
La Prefectura de Manabí, junto al Municipio de Montecristi y el Magap llevan agua en cuatro tanqueros desde La Pila hacia Las Lagunas. También veterinarios del Magap han arribado para ayuda a los ganaderos y medicar a los animales que aún están de pie. Las tareas comenzaron el 6 de febrero del 2015.
Raúl Mejía, coordinador del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), explica que la irregularidad en los inviernos de los últimos años, es decir la presencia de pocas lluvias está asociada al cambio climático.
Sin embargo, así como existen temporadas de escasez de precipitaciones, también las lluvias fuertes se pueden concentrar en muy pocos días. “En la zona de Guayaquil y los alrededores debió llover unos 200 milímetros en un mes y en apenas tres días llovió 150 mm. Son eventos puntuales más intensos focalizados en pocos días y pocas horas”.
En cuanto a la proyección para los próximos días el técnico anticipó que para las próximas dos semanas se presentarán lluvias más intensas acompañadas en algunos casos de tormentas eléctricas. “Hasta el 20 de febrero esperaremos lluvias importantes e incluso con dos o tres días de precipitaciones muy fuertes se pueden presentar estragos”.
La irregularidad del invierno hace que popularmente se hable de veranillo a las etapas de varios días en que no llueve. “Los primeros días de enero hubo ausencia de lluvias, luego, desde el 15 al 25 se presentaron precipitaciones, y después del 25 de enero al 5 de febrero en que volvió a llover, se dio un veranillo. Ahora estamos cambiando nuevamente y estamos en una fase favorable para que las lluvias se presenten de manera más intensa”.
De alguna manera, este anormal comportamiento climático se refleja en la Sierra norte. En los primeros cinco días de febrero no ha caído una sola gota de agua en Ibarra, provincia de Imbabura, a pesar de que entre septiembre y abril la región interandina atraviesa la época lluviosa.
En la capital del Carchi, el mes anterior hubo déficit de lluvias. Llovió 54,2 mm a pesar de que los registros históricos señalaban que debía caer 72,1 mm.
Según Elizabeth Vélez, técnica del Inamhi, estas anomalías tiene relación con la falta de masas de humedad que debían ingresar desde la Amazonia, pero que no han llegado por las corrientes de aire que corren desde el occidente.
En la capital azuaya, en el Austro no ha llovido en los últimos seis días. El sol y las altas temperaturas prevalecen en casi todo el sur del país.
Según el Inamhi, esto se debe a que la corriente de aire proveniente de la cuenca del Amazonas viaja en sentido contrario: de oeste a este. No obstante se prevé que eso cambie en las próximas 72 horas y se registren precipitaciones.
Pero esta ausencia de lluvias no ha afectado a los cultivos de maíz y frutales, propios de esta temporada, dijo Lizardo Shagui, campesino de Tarqui. Tampoco hay afectaciones a los pastizales Victoria del Portete y Cumbe, donde se concentra la mayor producción ganadera.