Para el 2017, según el ministro de la Política Económica, el Gobierno necesitará la mitad del financiamiento previsto para el 2016. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Ecuador necesitará unos USD 5 300 millones en financiamiento en el 2017 para cubrir parte de su gasto público y pago de deuda e intereses de años pasados.
El dato lo dio a conocer, el 20 de octubre, el ministro de la Política Económica, Patricio Rivera.
Ecuador estaba cerca de alcanzar el techo legal del 40% de endeudamiento en relación con el PIB, lo que era un limitante para conseguir recursos para financiar el presupuesto de este y del próximo año.
Pero el 20 de octubre, basado en un manual del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno emitió un Decreto para ampliar su margen de endeudamiento en USD 11 000 millones.
Antes de la decisión, el peso de la deuda en el PIB era del 38,4%. Hoy es del 26,7%.
El Decreto introdujo el llamado concepto de “deuda consolidada” que saca de la contabilidad las deudas que el Estado tiene con el IESS, la CFN y otras entidades de la “familia Estado”.
En entrevista con Radio Visión, la semana pasada, el funcionario sostuvo que para el 2016 “la plata” que se necesita para cubrir el presupuesto equivale al 13 o 14% del PIB; lo que equivale a unos USD 12 500 millones o 13 500 millones. Inicialmente para el 2016 se había calculado una necesidad de recursos de USD 6 606 millones.
De ese monto, hasta el 22 de octubre consiguió alrededor de USD 10 100 millones, según datos de la ejecución presupuestaria disponibles en la página de Finanzas.
Lo hizo a través de créditos externos, especialmente de China, bonos, deuda interna y -en menor medida- créditos de multilaterales.
Sin el cambio contable que se hizo la semana pasada al indicador de deuda/PIB, el país habría tocado este mismo año el techo de endeudamiento.
Para el 2017, según el ministro de la Política Económica, el Gobierno necesitará la mitad del financiamiento previsto para el 2016. “El próximo año (la necesidad de financiamiento) va a ser del 5,5% del PIB”, lo que equivale a unos USD 5 300 millones.
Rivera indicó que un monto menor a conseguir se debe a tres factores: “Sencillamente, la gran cantidad de pasivos que se tenía este año ya no existe, lo que se llama bola o la deuda flotante. Dos, una cantidad de pagos en deuda interna que, sencillamente, son mucho más suaves. Tres: un menor nivel de déficit, dado los ajustes que hemos hecho. En general, el requerimiento de financiamiento cae a la mitad, menos de la mitad”.
Pero entre analistas hay discrepancias sobre estas cifras. Para Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, las necesidades de financiamiento para el próximo año dependerán de qué candidato ocupe el sillón presidencial. Si es del oficialista, Ortiz prevé que el país continúe por una senda de endeudamiento. Si es de oposición, es posible pensar en un ajuste fiscal, con lo cual se reduce la necesidad de contratar deuda.
Pese a ello, con el actual contexto económico y dados los compromisos adquiridos, Ortiz calculó que las necesidades de recursos para el 2017 serán de unos USD 8 000 millones.
Las proyecciones oficiales se basan en que el 2017 el Gobierno ya no tendrá que hacer tantas inversiones, pues la mayor parte de grandes obras públicas, como centrales hidroeléctricas, terminan este año.
Para Ortiz, la situación fiscal del 2017 será parecida a la del 2016. Por ejemplo, si bien el 2017 ya no se tendrá que hacer el pago de USD 1 000 millones a Oxy, como ocurrió este año, hay que cancelar 1 000 millones por preventa petrolera.
En esto coincide Walter Spurrier, director de Análisis Semanal, para quien la necesidad de créditos también dependerá del precio del crudo.
El FMI calculó en el informe anexo al crédito rápido por el terremoto del 16 de abril que para el siguiente año el Estado ecuatoriano no podrá conseguir todo el financiamiento para el 2017 y, por ello, la economía caerá 2,7%.
“A lo mejor serán menos millones, como dice el Ministro Rivera, pero habrá más dificultades de conseguir financiamiento”, dijo Spurrier.
Marco López, exmiembro del Directorio del BCE, cree que el próximo año, aparte del “gasto público normal, será un año electoral que implicará un gasto adicional por las partidas que se deberán entregar a los diferentes candidatos para su propaganda”.
Según López, solo en intereses de deuda se deben cancelar unos USD 2 000 millones el próximo año. A eso hay que sumar el pago de capital.
Ramiro Crespo, director de Analytica Investments, coincide con la proyección gubernamental de que en el 2017 se necesitará menos financiamiento, porque habrá menos inversiones de capital.
Pero al haber menos gasto de capital, es decir, menos obra pública, cree que habrá menos actividad económica, a menos que se compense con mayor inversión privada.