La Policía Nacional se abre paso en la innovación tecnológica para la investigación de crímenes en Ecuador. Actualmente, el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses se encarga de revisar y analizar las evidencias que se levantan en las escenas del crimen que indagan los agentes.
El edificio de Criminalística y Ciencias Forenses es parte del proceso de fortalecimiento de la gestión policial pericial, que busca coordinar de manera eficaz el trabajo con los administradores de justicia. Este nuevo laboratorio cuenta con tecnología de punta y seguridad especial. Allí trabajan alrededor de 150 peritos técnicos y personal civil contratado para cubrir áreas de especialización, como los laboratorios de ADN y análisis de muestras químicas.
En este proyecto, el Gobierno invirtió USD 11 millones. El edificio tiene siete plantas y tiene departamentos como inspección ocular, fotografía pericial; fotografía balística; AFIS (Sistema Automatizado de Identificación Dactilar); AVIS (Sistema Automatizado de Identificación Biométrica por Voz); IBIS (Sistema Integrado de Identificación Balística), Química; Toxicología; Antropología Forense; ADN; Informática Forense, entre otras.
En el departamento de antropología y odontología forense se hacen estudios para identificar osamentas halladas, cadáveres en putrefacción y otra clase de restos mortales. Como parte de los análisis se realizan tomas de huellas dactilares, de pulpejos (dedos momificados), estimaciones de la estatura, sexo, edad, peso y así determinar las causas de una muerte. La exhumación de cadáveres para cotejamiento biológico de ADN. Regeneración de dedos para necrodactilia.
De estos procesos se encarga el odontólogo Max Santorum, quien realiza los análisis en una moderna sala. Allí guarda los huesos y los analiza. El profesional recuerda que antes de la creación del Laboratorio de Criminalística realizaba los estudios en el casino de oficiales de la Dirección de Tránsito en Quito. Allí utilizaba como mesa una tabla envuelta con papel aluminio, la cual se sostenía en dos parlantes.Ahora, los huesos se almacenan en cartones especiales y con etiquetas se marcan sus características técnicas: color, peso, edad de la víctima, etc.
Desde que trabaja en la Policía, a partir del 2008, Santorum ha identificado más 25 cadáveres mediante procesos científicos y de análisis.
Según el Ministerio del Interior, con “este proceso se puede identificar a personas, bajar el índice de cadáveres no identificados (NN), el nivel de impunidad y determinar la causa de la muerte”. El objetivo es contribuir a la administración de justicia y dar respuestas en tiempo real.
También hay otros departamentos como Balística. Allí se investigan y recuperan de balas y vainas de las escenas del crimen. Los uniformados cuentan con el microscopio electrónico de barrido que analiza “residuos de disparo, elimina pruebas inexactas, amplía análisis de barrido electrónico para sustancias orgánicas, análisis de vidrios, pinturas, suelos”.
El teniente Carlos Izurieta trabaja en el área de Microscopía Electrónica. Recuerda que antes las pruebas se realizaban con parafina. Sus implementos eran un reverbero, ollas y velas. “Con esa prueba de parafina había un margen de error del 100%”. Ahora, con la implementación del Microscopio de Barrido –asegura- ya no hay fallas en los análisis.
Con estas pruebas se puede determinar al o los autores de disparos en las escenas de un delito. Estos análisis permiten tener una correcta preservación de los registros de control de armas de fuego y de balas y vainas de armas.