El debate en torno al esquema de Dinero Electrónico, propuesto por el Banco Central (BCE), incorporó a la banca privada del país, que presentó sus observaciones a la normativa que fue publicada en el Registro Oficial del 20 de marzo.
La redacción de esta normativa, que requerirá de un reglamento, se presta para varias interpretaciones, por lo que la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE) pidió algunos correctivos al titular del BCE, Diego Martínez.
Así, el director ejecutivo de la ABPE, César Robalino, solicitó que se incluya explícitamente que el Central está impedido de emitir o acuñar moneda y que gire a favor de un titular o tenedor tal dinero, solo previo a la apertura de cuentas con las especies monetarias que reciba como depósitos de mercado.
Al respecto, Martínez ha expresado en varias ocasiones que el dinero electrónico no será una herramienta para emitir moneda, sino que se trata de un medio de pago más. Aunque señaló que la primera fase, de cinco años, será necesario un respaldo de USD 150 millones.
El presidente del Colegio de Economistas, Víctor Hugo Albán, explica que la característica de que sea un medio de pago es que tenga un respaldo en dólares. A excepción de una tarjeta de crédito, que permite realizar operaciones con la probabilidad de recibir dinero en el futuro, por lo que se cobra una tasa por ese riesgo.
En el caso del dinero electrónico, no, ya que apunta a facilitar las transacciones del dinero que está circulando. Y, según Albán, de ahí la preocupación. “La Regulación 55 da la facultad al BCE de emitir. Eso debe hacerlo respaldado con activos. Si no lo respalda, ya no hablaríamos de un medio de pago en estricto sentido”.
Otro aspecto que para el ingeniero financiero Luis Fernando Castillo, agita el debate es sobre quién debe manejar este medio de pago. “En otros países, el sistema lo maneja el sector privado con regulación pública. Acá, el BCE propone manejar el esquema y eso preocupa a otros sectores”.
Pero para Alfredo Vergara, exsuperintendente de Bancos, si el sistema se lleva como billetera móvil, no habría por qué oponerse. “El problema es cuando se habla de la posibilidad de emisión. Eso ya no es solo un medio de pago”.
Billetes y monedas
Desde el 2000, el Ecuador adoptó el dólar como moneda y perdió la capacidad de emisión de su propia moneda.
El Banco Central registró hasta abril de este año un total de USD 7 734 millones de dinero físico que circula en el país.
Este monto está registrado en la cuenta que se llama M1 u Oferta Monetaria.
La cifra de cuánto dinero debe circular en el mercado se calcula con base en una fórmula. Las fuentes para nutrirse de dólares son las remesas, las exportaciones, las inversiones en el exterior. En cuanto a las monedas fraccionarias, hay un porcentaje mínimo (USD 86 millones) para sostener el cambio en las transacciones en las calles.
Según el Central, cada año se cambian USD 1 500 millones en billetes viejos a EE.UU., cuyo costo es de 3 millones.
Tarjetas de débito y de crédito
Aunque no se determina exactamente desde cuándo operan las tarjetas de débito y crédito en el país, la historia de este medio de pago –plástico– se remonta en el mundo a los años cincuenta. Las cifras manejadas por la Superintendencia de Bancos da cuenta de que en el Ecuador más de 1,9 millones de personas manejan el dinero plástico, con un promedio de 1,6 tarjetas por cabeza, lo que deja una suma de más de 3,2 millones de tarjetas.
Esto solo en cuanto a tarjetas de crédito. Pero respecto a las de débito una referencia es que a nivel nacional existen más de 10 millones de cuentas de ahorro y 865 000 corrientes, cuyos titulares utilizan cajeros automáticos. Según el Banco Central, a abril las tarjetas de crédito registraron una cartera de USD 212,9 millones.
Cheques
En un estricto sentido, el cheque debe utilizarse como medio de pago siempre y cuando el girador disponga del dinero en su cuenta corriente.
Sin embargo, esta herramienta, vigente desde 1975, se utiliza muchas veces como aval de pago en el tiempo (posfechado).
Según la Superintendencia de Bancos, en el país se emiten, en promedio, 101,2 millones de cheques cada año.
Esta es una referencia, ya que el número de cheques “emitidos” no necesariamente coincide con el número de cheques que “circulan” en promedio cada año, entendiéndose esto último como aquellos cheques cobrados y pagados en ventanilla de cada banco así como en la Cámara de Compensación.
A febrero de este año, 865 216 personas se registraron como portadores de cuenta corriente.
Trasferencias electrónicas
El ‘boom’ de las telecomunicaciones en la última década ha abierto un medio de pago que está siendo regulado: el de las transacciones electrónicas.
El éxito de esta herramienta es tal que ahora los especialistas del sector dan cuenta de que el 70% de las transacciones se realizan por esta vía versus el 30% por procesos en ventanilla.
Hace unos cinco años, la relación era al revés. La ventaja de utilizar este medio de pago es que no se ve el dinero físicamente, aunque sí debe tener su respaldo en la cuenta de ahorros o corriente. Es decir, si el cliente no dispone de dinero no podrá hacer la transacción que desee.
Tal como con las tarjetas de débito y crédito es necesario hacer todo a través de una cuenta bancaria. El índice de bancarización (alrededor del 60%) es un limitante.