En el Trolebús operan unidades eléctricas y articulados a combustible. Las últimas, como la de la fotografía, fueron incorporadas en marzo pasado. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Las medidas para repotenciar o renovar la flota del sistema metropolitano de transporte público en Quito rompen con una tendencia para preservar el ambiente. La incorporación de buses que operen con energía limpia no es parte aún de las acciones a corto plazo que emprenderá el Municipio.
Los 54 trolebuses que, en diciembre de 2015, cumplirán los 20 años de vida útil serán reemplazados con 80 biarticulados a diésel. No se comprarán buses eléctricos, a pesar de que un informe presentado por Grütter Consulting -por encargo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- recomendó adquirir troles nuevos.
“No se considera oportuno reemplazar las unidades con buses a diésel o híbridos, porque se perdería la imagen de la ciudad y la inversión en las catenarias (líneas de alimentación de energía eléctrica)”, señala el documento que tiene fecha a diciembre del 2014.
Las unidades que emplean tecnología alterna están en condiciones de cumplir con los requisitos técnicos y de operación que presta este servicio de transporte en la ciudad, según el informe. Además, las características de los buses eléctricos sobresalen.
En promedio, para comprar 80 troles biarticulados y optimizar la infraestructura (red eléctrica) se requieren de USD 170 millones, explicó Darío Tapia, secretario de Movilidad. Este monto representa 130 millones adicionales a los que se invertirán para los biarticulados a diésel (40 millones). “El Trole demanda de una inversión alta y el tiempo de fabricación es mayor”.
A esta situación se suma que en seis meses 54 troles saldrán de circulación y se requiere cubrir la demanda. En el sistema metropolitano se movilizan alrededor de 880 000 pasajeros a diario. Por esto, la adquisición de los biarticulados es una medida de emergencia.
Infografía del tipo de transporte en Quito
Estos operarán en la Ecovía, Corredor Sur Oriental, circuito Calderón-Ejido y en el Trole. En este último sistema tendrán restricción para circular en el Centro Histórico, de 09:30 a 16:00 y de 19:00 a 07:00 .
Con esto se busca reducir impactos en el patrimonio y el ambiente. Jorge Albán, concejal de Alianza País, sostiene que los automotores a diésel producen vibraciones, ruido y gases. Esto podría a largo plazo afectar la preservación de las edificaciones históricas de la ciudad. Pero, por ahora, comentó que es aceptable la incorporación de los biarticulados a diésel. “Los buses eléctricos son caros y están todavía a prueba”.
Para César Arias, mentalizador del Trole, la incorporación de los biarticulados a diésel debe ser una medida temporal. A su criterio, se debería revitalizar el transporte eléctrico. Esto ayudaría a reducir la emisión de 250 000 toneladas de gases contaminantes al año.
A pesar de incorporar unidades a diésel de última tecnología -agrega- la calidad del combustible que se oferta en el país no brinda garantías.
Los estándares internacionales establecen que un vehículo a diésel debería emitir 1 300 gramos de dióxido de carbono (CO2) por cada kilómetro recorrido. Un articulado emite, en Quito, un promedio de 2 950 g CO2 /km, según el BID.
Los automotores a combustible predominan en el transporte municipal. De las 524 unidades, 440 (cuatro troles, 135 articulados y 301 buses tipo) funcionan con diésel y 84 troles operan con electricidad, según la Empresa Metropolitana de Transporte de Pasajeros.
Por el momento, se ha descartado aumentar la flota con buses eléctricos o híbridos. Tapia dice que esta medida se tomaría en tres años, cuando se cuente con combustible de mejor calidad y tecnología probada en altura.
Fredi Paredes, docente en Transporte, menciona que antes de comprar estos buses se deben definir otras medidas. Por ejemplo, se requieren depósitos para desechar las baterías que cumplan su vida útil.
En contexto
La actual administración tiene previsto incorporar 120 unidades a combustible en el sistema metropolitano de transporte. Las primeras 40 están ya en circulación. Estas medidas son parte de la repotenciación del sistema y renovación de una parte de la flota del Trolebús.