AFP
El estado de salud del volante ofensivo Diego Buonanotte, del argentino River Plate, es estable pese a la grave lesión pulmonar que sufrió en un accidente automovilístico occurido el sábado en el que murieron tres jóvenes, informaron el domingo fuentes médicas y del club.
“Diego está estable, pero seguimos espectantes, sabemos que las siguientes 72 horas son las de mayor riesgo”, dijo Horacio Cavallieri, médico de River Plate, al retirarse de la clínica Los Arcos de Buenos Aires, adonde está internado el futbolista en terapia intensiva.
Cavallieri admitió que “lo que tiene no es nada simple, pero somos optimistas porque es jóven, deportista y no tiene enfermedades asociadas que compliquen su cuadro”.
Buonanotte, de 21 años, fue el único sobreviviente del accidente que ocurrió la mañana del sábado cuando el jugador perdió el control del automóvil en una ruta del sur de la provincia de Santa Fe e impactó contra un árbol en momentos en que caía una fuerte llovizna, según la policía.
Como consecuencia del impacto murieron en el acto los otros tres ocupantes del vehículo, amigos de la infancia de Buonanotte, mientras el jugador salvó su vida gracias a que era el único que llevaba puesto el cinturón de seguridad, según pericias preliminares.
“Está sedado pero pude hablar con él porque está consciente, no le mencionamos para nada lo que pasó en el accidente, él no nos preguntó tampoco, no queremos que vea televisión, pondremos un grupo de psicólogos y psiquiatras para que lo asistan”, informó el médico del club.
El jugador sufrió fracturas de húmero y clavícula derechas y contusión en el pulmón derecho, según fuentes médicas del hospital San Martín de la ciudad de Venado Tuerto, donde estuvo internado y desde donde fue trasladado el sábado a Buenos Aires en un avión sanitario.
“Las fracturas pueden esperar, lo prioritario es lo pulmonar, por ahora evoluciona dentro de lo previsto, el tiempo de recuperación estimado es de siete meses”, precisó Cavallieri.
El accidente se produjo a las 06H45 locales del sábado cuando el jugador, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, regresaba junto a tres amigos hacia Teodelina, el pequeño pueblo de 7 000 habitantes de donde es oriundo y donde vive su familia.