Puerto Príncipe, Santo Domingo. DPA, ANSA
El tiempo se agota para rescatar a los haitianos sepultados bajo las ruinas en el país caribeño.
Tim Callahan, jefe en terreno en Haití de la Agencia de Desarrollo Internacional estadounidense (Usaid), advirtió ayer en Puerto Príncipe que seguirán trabajando por rescatar gente atrapada, en los próximos días, pese a que disminuyen las posibilidades de hallar personas con vida. Dijo que equipos estadounidenses han rescatado a 39 personas de las ruinas y otras 71 han sido salvadas por equipos de otros países.
La búsqueda de posibles sobrevivientes es uno de los tantos problemas que afronta Haití, tras el violento terremoto del pasado martes 12. Las otras complicaciones son la lenta distribución de la ayuda, los saqueos, la creciente inseguridad, la falta de atención médica. Precisamente, militares estadounidenses protegían la entrega de ayuda y Naciones Unidas busca cuerpos de paz adicionales para mejorar la seguridad en Haití, mientras los saqueos aumentan y decenas de miles de personas aguardan desesperados atención médica y comida.
Cientos de carroñeros y saqueadores rondan las demolidas tiendas en el centro de Puerto Príncipe, aunque se veían algunas señales de normalidad con la aparición de vendedores callejeros ofreciendo frutas y vegetales.
“No tenemos la capacidad para componer esta situación. Haití necesita ayuda (…) Los estadounidenses son bienvenidos aquí. ¿Pero dónde están? Los necesitamos aquí, en las calles con nosotros”, dijo el policía Derain Robenson, mientras perseguía saqueadores.
A medida que la desesperación se agudiza, los saqueadores aumentan en las tiendas destrozadas de Puerto Príncipe. Y se enfrentan entre sí con cuchillos, martillos y piedras, mientras la Policía intentaba dispersarlos con disparos. “Que las cosas exploten depende de si la ayuda llega a través de la comunidad internacional”, comentó el jefe de Policía, Ralph Jean-Brice, a cargo del Departamento Oeste de Haití, cuya fuerza fue disminuida a la mitad debido al terremoto.
Unos 2 200 marines con equipo pesado para despejar escombros, ayuda médica y helicópteros llegarán en breve, dijo el Comando Sur de EE.UU., que busca tener 10 000 tropas en la zona para la operación de rescate.
El jefe de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que recomendó al Consejo de Seguridad que 1 500 policías y 2 000 soldados se sumen a la actual misión de paz de la ONU en Haití, que cuenta con 9 000 miembros.
Los escombros apilados en las calles retrasan la entrega de suministros médicos y alimentos.
El Ejército estadounidense dijo que hace su mejor esfuerzo para tener la mayor cantidad de aviones posibles en Puerto Príncipe, luego de que agencias de ayuda se quejaran de que no se les había permitido aterrizar a los envíos de ayuda en el aeropuerto controlado por Estados Unidos.
Más de 30 países han enviado equipos de rescate, doctores, hospitales de campaña, alimentos, medicina y otros suministros a Haití, con lo que colapsaron el aeropuerto. Oficiales militares estadounidenses esperan reabrir el puerto marítimo de Puerto Príncipe en uno o dos días, pero dependen por ahora en las entregas por paracaídas para distribuir raciones de comida y agua. El Pentágono dijo que había distribuido 130 000 raciones y 70 000 botellas de agua. Pero haitianos desesperados se empujaban para alcanzar los paquetes arrojados desde helicópteros.
Por otro lado, camiones repletos de cadáveres transportaban los cuerpos a fosas comunes fuera de la ciudad, pero aún se cree que decenas de miles de víctimas siguen enterradas bajo los escombros.
Mientras tanto, el presidente dominicano, Leonel Fernández, propuso ayer crear un comité internacional para impulsar un proyecto de desarrollo a corto, mediano y largo plazos para Haití, que requerirá de un fondo de USD 10 000 millones en cinco años. “El mundo entero está endeudado con Haití”, indicó el Jefe de Estado dominicano, al encabezar en Santo Domingo la Cumbre Unidos por un Mejor Futuro para Haití, a la que asistió el jefe de Estado haitiano, René Preval. Este reiteró en su pedido de más aportes para su devastado país.