Tras el 11 de septiembre, la CIA sometió a decenas de detenidos vinculados a Al Qaeda a brutales e ineficaces torturas, según el informe revelado el martes 9 de diciembre por el Senado de Estados Unidos, que provocó una condena mundial y podría ser seguida de demandas judiciales.
Los senadores demócratas de la comisión de Inteligencia publicaron el martes un informe de una investigación detallada sobre el programa secreto de la CIA para capturar e interrogar, fuera del marco legal, a sospechosos de estar vinculados a Al Qaeda.
La CIA impugnó inmediatamente las conclusiones del informe, redactado entre 2009 y 2012. Una versión reducida del mismo, de 525 páginas con 2.725 notas, fue la que se divulgó el martes.
La comisión acusa a la agencia de inteligencia de haber sometido a 39 detenidos a técnicas de interrogatorio especialmente duras, aprobadas por el gobierno de la época, y que muchos asimilan a torturas.
El informe describe cómo los detenidos permanecían atados durante días en la oscuridad, sometidos a duchas heladas, eran privados de sueño durante una semana, golpeados y hostigados psicológicamente. Un detenido fue amenazado con un taladro. Al menos cinco sufrieron lo que el informe describe con el eufemismo de “rehidrataciones rectales” .
Jaled Cheij Mohammed, presunto cerebro de los atentados del 11 de setiembre de 2001, fue sometido tantas veces al llamado “submarino” (inmersión forzada hasta el límite del ahogamiento) que estuvo a punto de morir durante los interrogatorios.
En reacción al informe del Senado, el abogado del ahora detenido en la base de Guantánamo, estimó que su defendido no debía ser condenado a muerte durante su próximo proceso ante un tribunal militar especial.
El entonces presidente George W. Bush fue informado en abril de 2006, es decir al cabo de cuatro años de los hechos, que los detenidos eran torturados en prisiones secretas de la CIA, reveló el informe.
El expresidente republicano “expresó su turbación” cuando descubrió “la imagen de un detenido encadenado al techo, encapuchado y obligado a hacer sus necesidades encima”, se puede leer en la página 40.
“Ninguna nación es perfecta”, declaró Barack Obama, quien en el pasado utilizó el término tortura para referirse a los “interrogatorios reforzados”. “Pero una de las fortalezas de Estados Unidos es nuestra voluntad de enfrentar abiertamente nuestro pasado, enfrentar nuestras imperfecciones y cambiar para mejorarnos”.
Demandas y condenas
La reapertura de este capítulo negro de la “guerra contra el terrorismo” suscitó una ola de condenas en el mundo y en Estados Unidos.
El relator de la ONU sobre derechos humanos, Ben Emmerson, pidió que se presenten demandas judiciales contra los responsables.
“Desde los niveles más altos de la administración Bush se ha orquestado una política que permitió (que se cometieran) crímenes sistemáticos y violaciones flagrantes de los derechos humanos” a escala internacional, declaró.
“Los responsables de esta conspiración criminal deben ser llevados ante la justicia”, afirmó.
Sin embargo, el departamento de Justicia estadounidense indicó que el caso seguiría cerrado por falta de pruebas suficientes.
La organización británica de defensa de los derechos humanos Cage también exigió demandas judiciales. Afirmó que “hay (en el informe) pruebas evidentes que justifican las demandas judiciales”.
El expresidente poloco Aleksander Kwasniewski, cuyo país albergó prisiones secretas de la CIA, declaró por su parte que los interrogatorios violentos por parte de la CIA en territorio polaco habían cesado tras las presiones de Varsovia en 2003, y que “al principio Polonia ignoraba que se estaba torturando”.
En Estados Unidos el director general de la poderosa Unión de Defensa de las Libertades Civiles (ACLU), Anthony Romero, condenó “los crímenes atroces”. “Es un informe escandaloso y es imposible leerlo sin indignarse por el hecho de que nuestro gobierno perpetrara estos crímenes atroces”, dijo.
En el Congreso los republicanos lamentaron la publicación del informe, temiendo que la transparencia provocara represalias contra Estados Unidos. Las bases militares estadounidenses de todo el mundo están en estado de máxima alerta, dijo un alto funcionario el martes.
Sin embargo, hay voces discordantes entre los republicanos. El senador John McCain, quien fue prisionero de guerra y torturado en Vietnam, saludó la difusión del informe. “La verdad es a veces difícil de digerir”, dijo. “A veces es utilizada por nuestros enemigos para hacernos daño. Pero los estadounidenses tienen derecho a conocerla”.
Ciento diez y nueve personas fueron capturadas y mantenidas en prisiones secretas de la CIA en diferentes países –nunca identificados –, muy probablemente Tailandia, Afganistán, Rumania, Polonia y Lituania entre otros.
Barack Obama abolió oficialmente el programa secreto de interrogatorios de la CIA a su llegada al poder en 2009.