Redacción Guayaquil
De su discurso del jueves, en el acto que hubo en su apoyo, ¿se puede colegir que pasa a un activismo político?
Veo que algunos medios de comunicación y periodistas, en este caso, se preocupan más de qué es lo que quiere Emilio Palacio que de su problema. Que quiero ser candidato, que quiero ser Presidente, que me estoy palanqueando algo. A mí eso me apena y me avergüenza mucho. Nos negamos a pensar que un
periodista está haciendo lo que está haciendo porque cree que hay que decir la verdad y hay que defenderla.
Pero el espacio natural del periodista es una redacción y no una tarima.
Si alguien cree que se trata de una postura electoral, repito, me quedo a veces muy asombrado de ver que los periodistas no piensan que lo que se hace es defender la libertad de expresión y nada más.
HOJA DE VIDA
Emilio Palacio Urrutia
Es editor de Opinión de diario El Universo y también uno de sus articulistas.
El 26 de marzo fue sentenciado a tres años de prisión, tras un juicio que, por injuria, le siguió Camilo Samán, presidente de la CFN.
¿Sobre la base de la sentencia que hay contra usted?
No solo con base en eso. También, el intento de cerrar Teleamazonas, de cerrar radio Arutam y de varios juicios contra periodistas. No sé por qué cuando
Teleamazonas hace un plantón nadie piensa que Jorge Ortiz quiere ser candidato. ¿O sea, Emilio Palacio no puede hacer plantones?
A diferencia de los casos que menciona, en el suyo hay una sentencia judicial.
Son dos mecanismos de represión a la libertad de expresión. Hay que enfrentar a los dos. Ahora, si quiere decir que hay un proceso judicial y que debemos seguir en ese campo y no intervenir de otra manera. Bueno, debería la persona que tenga esa duda revisar el proceso, porque cuando le hacen trampa desde el comienzo todo lo que viene es ilegal.
Y en esa defensa se convoca a instancias como el MPD, la UNE y otras personas que son entes políticos.
Mi postura y posición no es la postura de
diario El Universo .
Yo no quiero ser candidato, defiendo la libertad de expresión.
Yo no he pedido apoyo a nadie. He pedido un apoyo general y lo he recibido. No llamé al MPD ni a Carlos Vera. Él vino acá (su oficina en diario El Universo) y me dijo: “Emilio, quiero hacer un acto”. Le dije muchas gracias. Me llamó la señora de la UNE y le dije gracias. La SIP se pronunció. Si la UNP o la Aedep no se quieren pronunciar, pues no tengo nada que objetar, cada uno toma sus decisiones.
Pero cuando aparece en la tarima con sujetos políticos, se entiende que usted va por ese camino.
¿Y por qué no daría la apariencia de que los políticos han decidido convertirse en periodistas? ¿Se supone que me quiero convertir en un político, porque me paro
a lado de un político? Creo que en el Ecuador había un periodismo más empírico. Luego, una ley de la dictadura obligó a sacar títulos para profesionalizarse. Eso está bien, siempre y cuando no se quiera caer en la trampa de la UNP y de la gente que cree que el título hace al periodista.
¿A qué se refiere?
En el fondo, los periodistas que tienen esa concepción creen que los ciudadanos no pueden ser periodistas porque no tienen título. Eso separa al periodista de la sociedad. El día que haya una guerra civil en el Ecuador, tenga la seguridad de que no estaré en el medio. Si el país se está dando bala ha de ser por algo. Uno tiene que tomar partido en la vida. No puede hacerse el loco y lavarse las manos y decir no estoy con nadie.
¿Rompiendo el equilibrio que se pide a la profesión?
Parte de ese cinismo periodístico incluye la idea de que si yo me pongo de parte de alguien, entonces para defenderlo yo voy a mentir y, por eso, no tomo partido. Me parece una barbaridad ética y moral terrible. Para defender a alguien o para defender la postura que defiendo, voy a decir la verdad. Yo digo: hay que luchar contra esta dictadura.
Entonces, ¿usted plantea el periodismo de esta forma por el actual contexto político que vive el país?
Por el hecho de que no hay democracia. Pero, en gran parte, mi discrepancia con muchos colegas es más profunda. Se llega a la concepción de que el periodismo es algo frío, se confunde frío con objetividad. De no tomar partido, de no tomar postura, de no vibrar con los problemas del país. O sea, que otros resuelvan, nosotros no.
Sobre el articulo ‘Camilo, el matón’ que generó su sentencia, usted dijo que los hechos previos le indignaron ¿cuánta de esa indignación, vertió en el artículo?
En este caso viene un grupo y hace un plantón frente a El Universo, insulta y veja a la gente. Me cuentan lo que pasó. Yo me siento frente a la computadora y escribo un artículo rechazando eso. Fue una reacción ante un hecho que ocurrió. Había ánimo de contestar, de contestar fuerte, no había ánimo de injuriar.
Pero hay una carga emotiva que lo pudo alejar de los hechos.
Escribí sobre un hecho o, ¿no vinieron esos tipos? Viene un tipo borracho, pelucón y en limosina y atropella a una niña de tres años. Sale y la patea. Usted, sin inmutarse para nada y con sangre fría, porque nunca tiene emotividad, escribe: Ayer, un señor… Usted se llena de rabia. ¿O no? Lo que no voy a hacer es mentir. Se parte del concepto de que la emotividad lleva a la mentira.
No, a que no hagamos bien el trabajo periodístico.
Por eso, lleva a la mentira. Lo siento mucho, no creo eso. Creo que la emotividad, muchas veces es un elemento importante para encontrar la verdad. Se busca la verdad porque se la necesita. La gente compra el periódico porque lo necesitan con urgencia para resolver sus problemas.
Su situación generó el apoyo de 46 articulistas y periodistas, pero algunos no comparten lo que dice el artículo
Si hay 46 personas que están de acuerdo con mi artículo sería horrible. Menos mal que hay gente que está en desacuerdo. El apoyo es a la libertad de expresión en el país.
Su posición está siendo asumida como la posición del diario El Universo. El Gobierno, por ejemplo, lo ha expresado así.
Mi postura no es la postura de El Universo. Todo lo que estamos hablando es de Emilio Palacio. Así tiene que ser. El Diario tiene sus mecanismos institucionales, de los que yo tengo una responsabilidad y una participación. El Presidente las funde en una sola en un afán de confundir.