150 niños de la parroquia Borbón cuentan los mitos y leyendas del pueblo afroesmeraldeño. Foto: Marcel Bonilla/EL COMERCIO
Unos 150 niños de la parroquia Borbón, en el cantón Eloy Alfaro, recrean las historias del pueblo a afro a través de cuentos y leyendas.
El patio de una casa, la cancha del pueblo o el malecón del río son los sitios precisos para ensayar y luego contar abiertamente sus historias en el coliseo de la localidad. Ahí están afros y chachis, quienes habitan en las márgenes de los ríos Cayapas y Santiago.
Esmeraldas tiene una variedad de personajes mitológicos. La Tunda, El Riviel, La Gualgura y El Duende han sobrevivido al tiempo entre los habitantes de las comunidades norteñas de la provincia.
Pero también los cuentos desprendidos de la cotidianidad de los afros en el campo y en sus ríos tienen su espacio. La historia del sapo, el cocodrilo y el conejo es una de las más contadas por los más pequeños.
Una forma de mantener vigentes esas historias es la narrativa. Para contarlos se utilizan instrumentos autóctonos esmeraldeños, como el bombo, el cununo, la marimba y las maracas.
La percusión da vida a los cuentos cultivados por hombres como Guillermo Ayoví (Papá Roncón), habitante de Borbón; el decimero Milciades Quintero; y el poeta Felipe Trejo, convertidos en salvaguardas de la cultura afro.
El fondo musical acompaña a los pequeños narradores de las escuelas de la localidad. Los niños de entre 6 y 12 años leen las historias y luego las relatan describiendo escenarios, con su propio estilo.
“La provincia de Esmeraldas está empeñada en rescatar el patrimonio inmaterial, escribiendo las historias y traspasando esos conocimientos a las nuevas generaciones”, dice Guillermo Ayoví.
El año pasado se hizo un documental que recogió las expresiones culturales de la provincia. Participaron cantoras, poetas, decimeros y arrulladoras. El programa fue organizado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana en Esmeraldas.
Ahora, el trabajo se desarrolla con la participación de los niños, para que ellos transmitan el legado ancestral al resto. Una de las historias contadas es la de Torbellino. Se trata de un niño que desobedece a su madre, por lo cual La Tunda se lo lleva cuando jugaba en el río.
Por eso se escribió la canción tradicional denominada Torbellino: “Torbellino se ha perdido, su mamá pregunta al marimbero, si no lo ha visto bailando”. Esta es una de las danzas de las agrupaciones de marimba de la provincia.
En Borbón, la Asociación Musical y Artesanal Madera Metálicos, un grupo de danza afro que fusionó la marimba con otros instrumentos como la guitarra, instruyen a los niños en el conocimiento de la cultura afroesmeraldeña.
Con ellos trabajan 50 niños, quienes además de narrar, aprenden a tocar los instrumentos como la marimba y el bombo. Este trabajo se hace después de clases.
Esta iniciativa motivó a que se realizara el encuentro de cuentos y leyendas afros Catalina Mina, en honor a la compositora de arrullos y chigualos, que ha dedicado 40 años de su vida a cultivar la tradición oral.
Juan Pablo Garcés, presidente de la Asociación Musical y Artesanal Madera Metálicos, recuerda que en el primer encuentro participaron estudiantes de las unidades educativas Santa María Goretti, Jaime Roldós, México, Técnico Borbón, Luz y Libertad y 24 de Mayo.
Este encuentro se organizó en el marco del proyecto de democratización de derechos y diálogo intercultural Care-Casa Ochun-Ciespal, entidades que se interesaron por dar impulso a la interculturalidad afro y chachi , explica.
Los maestros enseñan técnicas de expresión oral y trabajan en la puesta en escena de cuentos, mitos y leyendas, para ayudar a los niños en sus presentaciones y difusión en las escuelas y en las comunidades esmeraldeñas.