Redacción Cuenca
Su historia, bienes tangibles e intangibles y su entorno paisajístico son parte de la riqueza de Cuenca. Por eso, el 1 de diciembre de 1999, la Unesco le otorgó el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad.
10 años después en el balance hay aciertos, errores y temas pendientes. La obra pública es lo rescatable en el manejo del patrimonio. Según el ex director financiero municipal, José Guzmán, en la anterior administración se invirtieron más de USD 12 millones en plazas, plazoletas, parques, iglesias y calles.
Un atlas se mostrará
Mañana el Instituto de Patrimonio presentará un atlas georreferencial de los bienes patrimoniales de Azuay.
En el inventario del Instituto de Patrimonio se determinó la existencia de 241 contenedores en bienes documentales.
En bienes arqueológicos registraron 186 sitios, 14 colecciones y 1 072 objetos. En inmuebles históricos 3 820 y muebles 8 152.Se restauraron los parques María Auxiliadora, Víctor J. Cuesta, El Farol, de Las Flores, La Merced. Labores de recuperación de las iglesias de Santo Domingo, San Francisco, Todos Santos…
Si bien esas obras brindaron una imagen renovada de la urbe, fueron acciones esporádicas porque el Municipio no tiene un plan de manejo y gestión del Centro Histórico, pese a que fue una exigencia de la Unesco.
Según Diego Jaramillo, director de Áreas Históricas y Patrimoniales, por la falta de planificación la población que vivía en el Centro Histórico salió y ahora en los inmuebles patrimoniales predominan los negocios.
Otra tema pendiente es la actualización de la ordenanza que data de hace 10 años, para que sea coherente con la nueva Constitución. Por ejemplo, delega a los gobiernos locales la administración, control y cuidado del patrimonio. Antes esas tareas se hacían bajo comisiones.
En agosto, ante las agresiones a los bienes patrimoniales (unas 20 casas destruidas en dos años) por parte de sus propietarios, el Municipio creó una ordenanza especial. Esta fija una multa del 125% de la remuneración básica unificada (USD 272) por cada metro cuadrado destruido.
Joaquín Moscoso, director del Instituto de Patrimonio Cultural (INPC) en el Austro, admite que en 2007 y 2008 hubo una especie de guerra con las autoridades del Municipio, precisamente por la falta de decisión para sancionar a los infractores.
Para Jaramillo, un paso importante en este tema es la actualización del inventario que terminó hace una semana. El anterior que se presentó para la candidatura contempló el Centro Histórico en 340 hectáreas, con un total de 2 173 inmuebles.
En el actual se amplió el área a 420 hectáreas con 9 451 predios. Si bien no todos los inmuebles cuentan con valor patrimonial, los 9 451 quedan sometidos a políticas de conservación.
Ahora, la idea es contar con un plan de manejo para respetar el entorno. El balance que hace Moscoso es que en los primeros años de la declaratoria no se dieron avances. Hubo pocas obras como la regeneración de El Barranco del Tomebamba y los parques Calderón y San Sebastián.
Entre 2008 y este año, el INPC gastó USD 2 millones en inventarios, sistemas de seguridad y rescate de bienes.
Punto de vista
Juan F. Paredes/ Empresario
Turismo, uno de los ganadores
La declaratoria fue recibida con orgullo y nos puso a trabajar no solo en el cuidado de los bienes, sino en los valores agregados como el turismo. Este sector es que el más ganó porque atrajo a más visitantes, se crearon fuentes de empleo y nuevos negocios que dinamizaron la economía de la ciudad.
Sin embargo, no debemos creer que somos un destino turístico obligado por ser patrimonio porque aún no estamos bien posesionados. Aún queda mucho por hacer y eso demanda la suma de voluntades entidades públicas, privadas y que la ciudadanía se empodere más de este título.
Hay un avance importante sin duda. Prueba de ello es que, por ejemplo, por la demanda de servicios, algunas universidades como la de Cuenca, la del Azuay y la Unita han abierto carreras afines al tema como ingeniería turística, Restauración, Gastronomía, Ciencias de la Hospitalidad…
Otro termómetro es que pese a la crisis mundial, el visitante extranjero sigue llegando a esta ciudad. Hasta 1999 calculo que arribaban a Cuenca unos 50 000 turistas de otros países y ahora el flujo bordea los 150 0000 y la cifra sigue en aumento.
Con la regeneración urbana también se abrió paso a la creación de más restaurantes, centros de diversión, hoteles, locales comerciales, entre otros espacios para satisfacer las demandas de servicios de los visitantes.