Cristina Fernández se reafirma como principal voz de la oposición argentina

Con el 99,18 % de las mesas de votación contabilizadas, Cristina Fernández registraba un 37,25 % de los votos. Foto: AFP.

Con el 99,18 % de las mesas de votación contabilizadas, Cristina Fernández registraba un 37,25 % de los votos. Foto: AFP.

Con el 99,18 % de las mesas de votación contabilizadas, Cristina Fernández registraba un 37,25 % de los votos. Foto: AFP.

Pese a haber quedado por detrás del oficialismo, la expresidenta argentina Cristina Fernández logró su objetivo en las legislativas de este domingo al regresar a la trinchera del Senado. Allí, además de reafirmarse como la principal voz de la oposición, podrá blindarse ante la Justicia.

Con el 99,18 % de las mesas de votación contabilizadas, la líder de la lista de candidatos a senadores del frente Unidad Ciudadana por la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, registraba un 37,25 % de los votos, quedando poco más de cuatro puntos por detrás de su principal rival: el oficialista Esteban Bullrich.

La batalla entre ambos ha protagonizado la campaña electoral, sobre todo después de que en las primarias de agosto pasado la expresidenta (2007-2015) lograse imponerse con una ínfima diferencia de 0,21 puntos sobre el candidato de gobernante frente Cambiemos.

Pese a este antecedente, las encuestas de los últimos días ya apuntaban, casi por unanimidad, que la exmandataria saldría hoy perjudicada y no lograría recuperar el apoyo perdido tras la derrota del kirchnerismo en las presidenciales de 2015 que llevaron a Mauricio Macri al poder.

Algunos analistas, periodistas y voces de la oposición ven el resultado como un jarro de agua fría para Fernández.

Sin embargo, la mayoría pasa por alto que, más allá del número de votos, ha conseguido lo que ella y su "núcleo duro" de seguidores buscaban: volver a sus orígenes políticos y, como hizo en los 90, irrumpir en el Senado para tratar de alzarse de nuevo como la líder más fuerte del arco opositor.

Si juega bien sus cartas, podrá utilizar su banca -que asumirá el próximo 10 de diciembre- para desgastar al Gobierno y recuperar su poder, de cara a las elecciones presidenciales de 2019.

Además, su regreso a la Cámara Alta le permitirá obtener los fueros necesarios para blindarse ante la Justicia, donde cuenta con tres procesamientos, por hechos ocurridos durante su mandato.

El primero se debió a supuestas irregularidades en contratos de futuros de dólar por parte del Banco Central y los otros dos por presunta asociación ilícita en la concesión de obra pública.

Se suman también las investigaciones de sus negocios en la empresa Hotesur, que administra el hotel patagónico Alto Calafate, propiedad de su familia.

Además, hace apenas unos días el juez Claudio Bonadio la citó como investigada en una causa por supuesto encubrimiento de los iraníes acusados de atentar contra una mutua judía en 1994, abierta por la denuncia que presentó en 2015 el fiscal Alberto Nisman días antes de morir.

"Es más que evidente que hay un cronograma judicial que va totalmente acoplado" al de las elecciones, criticó la exmandataria al conocerse la decisión del magistrado, ante quien deberá presentarse este mismo jueves. Ahora, como senadora electa.

Fernández no solo fue la primera presidenta argentina elegida en las urnas, sino también la primera mujer americana que asumió un segundo mandato presidencial.

Ambos "récords" los logró años después de estudiar Derecho en la Universidad Nacional de La Plata, donde se licenció en 1976 y conoció a quien más tarde se convertiría en su marido, Néstor Kirchner.

Afiliada al Partido Justicialista (Peronista), fue elegida en 1989 diputada provincial en Santa Cruz, cargó que dejó seis años después para sentarse en el Senado.

En 1997 se convirtió en diputada nacional y en 2001 regresó al Senado y fue reelegida en 2005, ya como primera dama, tras asumir Kirchner la Presidencia en mayo de 2003.

En 2007, Fernández se convirtió en presidenta por el Frente para la Victoria y tuvo que lidiar con una elevada inflación, una oleada de protestas sociales y fuertes encontronazos con la patronal agrícola por los impuestos a las exportaciones de granos.

En octubre de 2011, fue reelegida con el 54 % de votos e inició un mandato que estuvo marcado por los enfrentamientos de su Ejecutivo con los sindicatos y con algunos sectores periodísticos por la "Ley de Medios", y por medidas polémicas como la expropiación a la española Repsol de sus acciones en la petrolera YPF.

Fernández estaba casada desde el 9 de marzo de 1975 con el expresidente Kirchner, fallecido en octubre de 2010, y con quien tuvo dos hijos, Máximo (1977), creador de la agrupación política La Cámpora, y Florencia (1990).

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