Redacción Cuenca
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El Circuito Sudamericano de Tenis (Cosat) es uno de los más importantes para los juveniles del continente que se proyectan al profesionalismo. El torneo recorre por toda Sudamérica, anualmente.
Los tenistas sudamericanos se apropian del certamen y ven como una alternativa ante la imposibilidad de competir en Europa por falta de dinero.
Los altos costos de los pasajes de avión, de la alimentación y del hospedaje impiden salir a Alemania, Inglaterra, España y otras naciones.
Según Renato Messías, uno de los técnicos de los tenistas brasileños, para competir unas 30 semanas en exterior se requiere un presupuesto anual de USD 80 000 por deportista. En ese rubro se incluye un adiestrador, con su sueldo y todos los gastos pagados.
Esa cantidad de dinero es difícil reunir porque la empresa privada apoya máximo a unos dos o tres tenistas más destacados del país. Por lo tanto, en la mayoría de casos, los viajes son financiados por los padres de familia. Entonces, la gira Cosat es una gran elección.
Las paradas sudamericanas son atractivas y de alto nivel por la presencia de tenistas de todo el mundo, especialmente europeos y asiáticos.
Además, los viajes dentro de Sudamérica no son tan distantes y los precios de los pasajes aéreos son menos costosos.
La ecuatoriana Alejandra Barragán cuenta que un viaje a Colombia vale USD 300 y el hotel 200, cuyo monto total llega a 600 y es cubierto por su familia. “Eso es lo más difícil en Sudamérica, que los gastos asumen los padres”. Ella se entrena en Guayaquil con Andrés Gómez.
Ella considera que los torneos Cosat son ideales para quienes no pueden viajar a Europa por los altos costos. “Es un torneo mundial en Sudamérica que entrega al campeón 100 puntos para el ranking júnior de la Federación Internacional de Tenis”.
Para Francisco González, progenitor de la tenista Doménica González, el tema económico es complicado porque cada padre es quien gasta los viajes, raquetas, indumentaria… Cuando son mujeres, el padre o la madre se ven en la obligación de acompañar y eso representa un gasto adicional.
“Doménica para participar en unos 15 torneos internacionales al año, acompañado de un familiar, requiere unos UDS 60 000”. Con un entrenador esa cifra sube a unos USD 100 000”.
Marie Elise Casares explica que para abaratar los costos aplica el sistema de intercambio. “Tengo amistades que me reciben en Colombia, Bolivia…”. Ella destaca el apoyo que recibe de Concentración Deportiva de Pichincha.
Según Ricardo Icaza, uno de los técnicos nacionales, en Ecuador hay talento, pero la falta dinero limita el progreso. Por ese motivo se retiraron tenistas con proyección como Estefanía Balda y otros no llegaron más arriba como Carlos Avellán y Julio Campozano.
Él considera que solo el Gobierno Nacional puede cambiar ese panorama sombrío del tenis.