El documental examina cómo la Cienciología utiliza a algunos de sus miembros más destacados, como Tom Cruise para popularizar sus dogmas. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
El programa de investigación Panorama, de la cadena BBC del Reino Unido, tuvo acceso a una entrevista con el escritor de ciencia ficción estadounidense L. Ronald Hubbard, fundador de la Cienciología, quien falleció en 1986.
En el video, cuando le preguntaron en qué consiste la misma, respondió con una sonrisa que pedirle una definición era “como tratar de condensar en una sola palabra todo el contenido de la Enciclopedia Británica”.
La activa participación en esta iglesia -así es considerada en países como Estados Unidos– del famoso actor de Hollywood Tom Cruise la ha mantenido en los titulares de la prensa mundial desde la década de los 90. Pero en los últimos años, conforme sus voceros han proclamado que mantienen el culto con mayor crecimiento de fieles en la actualidad, la Cienciología ha sido objeto de numerosas controversias.
La más reciente proviene del documental ‘Going Clear: Scientology and the Prison of Belief’. Se trata de un trabajo del cineasta Álex Gibney basado en el libro homónimo del ganador de un premio Pulitzer Lawrence Wright, publicado en español como ‘Cienciología: Hollywood y la prisión de la fe’. En su día de estreno por la cadena de televisión pagada HBO la semana pasada, lo vieron 1,7 millones de personas solamente en EE.UU.
Ahí explica cómo la Cienciología surge de la fusión de principios y prácticas del budismo y el hinduismo con el conocimiento o tecnología occidental, y defiende que el hombre es un ser inmortal y espiritual, a la vez que cree en la reencarnación.
El documental examina, asimismo, cómo la Cienciología utiliza a algunos de sus miembros más destacados, como el mismo Cruise y el también actor John Travolta, para popularizar sus dogmas.
Gibney ha denunciado que muchas de las personas que intervienen en la cinta ofreciendo su testimonio en contra de la Cienciología han recibido “amenazas de daño físico, de arrebatarles sus viviendas y de verse abocados a la ruina económica”. También menciona la existencia de campos de internamiento a los que se envía a los miembros que no cumplen con lo que la organización espera de ellos, quienes son obligados a trabajar sin descanso.
Igualmente habla de las llamadas auditaciones, donde se cuentan acciones y experiencias pasadas. Ahí son grabados todos los detalles de la vida personal y tendrían el objetivo de conocer el origen de los traumas. Esto, según la cinta, se convierte más adelante en un instrumento de extorsión para los miembros descontentos.
Representantes de la Cienciología respondieron que todas esas alegaciones son “falsas y desesperadas” y que la obra de Gibney es “ridícula y llena de afirmaciones inventadas”.
Defensa y expansión
Además de lo mostrado en este documental, otras investigaciones periodísticas hablan también del inmenso poder económico de la Cienciología, cuyo actual líder, David Miscavige, rechaza que la llamen una secta. Y la revista International Policy Digest publicó que países como Alemania la ven como una amenaza, debido a sus ideas “totalitarias y fascistas”.
De todas formas, también hay personas que aunque han abandonado este culto formalmente continúan creyendo en sus principios. El diario Business Insider entrevistó a Steve Hall, quien por años fue el encargado de escribir los discursos de Miscavige. Para él, básicamente, la Cienciología es “una filosofía de autoanálisis parecido al budismo, el cual requiere una investigación y un ajuste de cuentas con los demonios y deseos de cada uno”.
El sitio web de la Cienciología tiene un directorio de sus
11 000 iglesias en el mundo y cursos gratuitos en línea, en temas que van desde la crianza de los hijos hasta las relaciones públicas. También promueve un programa de colaboradores llamado Ministros voluntarios.