La vivienda modular transportable está conformada por dos contenedores. Foto: cortesía de Brown y Meneses Arquitectura
Aunque en Estados Unidos, Suecia o Francia son moneda corriente, las ‘casas containers’ en el país son muy escasas.
Quienes aprovechan los viejos contenedores marinos para transmutarlos en viviendas son pocos. También existe un pequeño grupo de empresas que fabrica contenedores para habilitarlos como viviendas, oficinas, campamentos… y que se publicitan por Facebook.
Paola Meneses y Christian Brown son dos arquitectos que convierten los ‘containers’ en inmuebles confortables y bien equipados.
Uno es la ‘casa modular transportable’ (37 m²) que, además de ser fabricada con la unión de dos contenedores, se puede cambiar de ubicación según las necesidades.
Otra es la ‘casa Tritón’, mucho más grande (100 m² y USD 30 000).
Está ubicada en las faldas del Ilaló y consta de consta de: sala, comedor, cocina, dormitorio máster con su baño, estudio (o cuarto de huéspedes), baño social, bodega, lavandería y porche. Su forma rectangular en planta se genera con base en dos contenedores de 40 pies en paralelo, con una separación de 3 metros entre ambos.
El eje es ‘el módulo’ (container), explica Meneses. Este es una estructura sólida que soporta varias toneladas de carga; además de varios contenedores montados uno sobre otro.
El módulo también es el eje de los contenedores que fabrica Ecuhouse, empresa asentada en Calderón. Hay una diferencia con los ‘containers’ marinos, explica Alfredo González Vigoa, gerente de Ecuhouse: los espacios pueden tener diversas medidas o alturas, según los requerimientos.
Pueden montarse en cualquier lugar, por más difícil que sea.
Son elaborados con dos capas de acero con una de poliestireno de 5 cm en el medio. Pueden ser casas, oficinas, campamentos, laboratorios… Temporales o definitivos.