Los vecinos de la Coop. Mélida Toral amanecieron preocupados por los asesinatos. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Los gritos de los niños se escucharon en la madrugada. Eran las 05:00.“¡Papá no hagas eso!”, “¡no le hagas daño a mamá!”. Las súplicas provenían de una vivienda de dos pisos de hormigón, en uno de los callejones de la Cooperativa Mélida Toral. Pero ningún vecino de esa populosa barriada, del sur de Guayaquil, se asomó siquiera a las ventanas.
Nadie se acercó para ver lo que pasaba. Los gritos desgarradores dejaron de escucharse a los pocos minutos. Dos horas después empezó a salir humo de aquella casa. Entonces, tres vecinos decidieron abrir la puerta por la fuerza para ayudar en el supuesto incendio.
En la sala encontraron tendidos boca abajo cinco cuerpos. Estaban sin vida y con cortes en sus espaldas. El primero en ingresar fue un médico del sector, quien confirmó las muertes de Evelyn Méndez, de 30 años, y sus cuatro hijos: Naylea, 13 años; Jordy, 10 años; Esther, 4 años; y Elías, 3 años.
Los bomberos ingresaron para apagar unos parlantes que se estaban quemando. Además, una hornilla de la cocina estaba abierta y se escapaba el gas de uso doméstico.
En un baño de la parte posterior de la casa estaba un hombre arrodillado y con cortes en la pierna derecha y en el cuello. Los vecinos lo identificaron como el padre de familia. Alberto J. fue trasladado de urgencias al hospital del sector.
Los agentes de Criminalística ingresaron a la casa pasadas las 07:00. Dos horas después la Policía pudo confirmar que se trataba de un quíntuple asesinato. El principal sospechoso era Alberto J., de 38 años, quien intentó suicidarse luego de matar a su familia.
El callejón Décimo de la Cooperativa Mélida Toral, en el sector de Las Malvinas, permaneció acordonado por la Policía más de cinco horas ayer. Los primeros curiosos que ingresaron a la casa salieron en estado de shock.
La pareja con sus cuatro hijos habían llegado a vivir al barrio hace tres años. Los vecinos no recuerdan que haya ocurrido alguna pelea o hecho violento. Ellos acudían a una iglesia evangélica a dos cuadras y tenían un negocio de venta de zapatillas en el Suburbio.
Jordy, de 10 años, fue el primero en morir. Recibió una puñalada en su espalda que atravesó su pequeño cuerpo hasta el pecho. Luego sus tres hermanos también fueron asesinados de la misma forma.
Su madre tenía puñaladas en la espalda y en el pecho y fue la última en morir, según el fiscal Víctor González, quien realizó el levantamiento de los cadáveres. Explicó que el autor cometió dos delitos: asesinato por la muerte de los niños y de feminicidio por su esposa.
“El presunto autor enfrentaría una pena de más de 40 años al acumulársele las penas por estos dos delitos”, dijo el fiscal.
En Ecuador, el feminicidio está tipificado en el Código Integral Penal (COIP), que está en vigencia desde agosto del 2014. Desde esa fecha, la Fiscalía ha receptado 108 denuncias por ese delito en el país.
También se registraron 32 sentencias condenatorias, 14 de ellas están ejecutoriadas y 12 en etapa de impugnación.
Pasado el mediodía, se conoció que Alberto J., se encontraba fuera de peligro en un hospital. Debía ser trasladado a la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía para la respectiva audiencia de formulación de cargos.
El jefe de la Dinased, Víctor Aráuz, calificó como “presunto crimen pasional”. En el lugar se hallaron dos cuchillos que serían las armas utilizadas para cometer los asesinatos.
Además, confirmó que el detenido habría tratado de incendiar el hogar para eliminar evidencias y que también intentó suicidarse, pero fue sorprendido por los moradores.
Durante la mañana llegó una mujer y se identificó como hermana de Alberto J. Contó que su hermano “tiene problemas mentales”. Que había intentado suicidarse tres veces en las últimas semanas, porque supuestamente pasaba deprimido. Dijo que no entendía por qué había cometido el crimen si “amaba a su esposa”.
En contexto
Para la Organización Mundial de la Salud, la violencia contra la mujer es un problema de salud pública. Una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual. El 38% de asesinatos de mujeres los comete la pareja, según OMS.