El edificio de la Conaie se encuentra hipotecada desde el 2002. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO
La dirigencia de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) enfrenta un momento complejo. El aparecimiento de la facción disidente y que habla a nombre de las bases. Cuestiona dos cosas: la separación de la dirigencia de las bases, el no saber escucharlos; y una casa de la Conaie ubicado en el centro de Quito, que afirman no conocer y que se encuentra además hipotecada desde el 2002.
La dirigencia no ha respondido aún a esas denuncias que realizó este grupo está liderado por Miguel Lluco, Antonio Vargas y Delia Caguana.
Mientras tanto, la dirigencia de la Conaie y muchos de sus militantes están trabajando para evitar el desalojo de la sede que tienen en el norte de Quito y que se les había entregado en comodato desde 1991 por el entonces Ministerio de Bienestar Social.
El expresidente de la Conaie, Humberto Cholango, dijo que la sede de la avenida De los Granados es histórica porque desde allí se luchó en contra de las políticas neoliberales, de la dolarización y en contra de los gobiernos antipopulares.
Este panorama complica en algo una a Conaie que ya se ha visto debilitada desde hace algún tiempo. A eso se suma la creación de una nueva organización indígena a favor de la revolución ciudadana impulsada desde el oficialismo.