Olga Imbaquingo
Corresponsal en Nueva York
La misiva de Robert Groves, director general de la Oficina del Censo de Estados Unidos, reza así: Querido residente, en una semana usted recibirá el formulario del censo del 2010 por correo. Cuando le llegue, por favor llénelo y envíenos lo más pronto”.
A partir del 16 de abril y hasta julio, los empleados de la oficina del censo irán a golpear la puerta de su casa si no ha llenado el formulario y no lo ha enviado por correo.
Habrá formularios a disposición en las barberías, supermercados, bancos e iglesias del barrio va a haber formularios para que las persona puedan llenarlos y enviarlos por correo.
¿Le escucharán los inmigrantes, en especial los indocumentados?, estos días los organizadores, las comunidades religiosas y los dirigentes políticos locales trabajan a contratiempo para convencerlos que participen en el conteo.
El censo del 2000 fue un fracaso en el conteo de indocumentados y prácticamente no se sabe las cifras reales que viven en esa condición. Ésta vez están empeñados en convencerlos que participen en lo que Ligia Jaquez, directora regional de Censo, llama el proceso más cívico que existe.
“No participar en el censo significa no beneficiarse de unos 400 000 millones de dólares que cada año se entregan para salud, educación, carreteras, vivienda”, dice Jaquez. De esto incluso se benefician los indocumentados porque los hijos nacidos aquí tienen derecho a salud y van a la escuela.
O como dice el reverendo evangélico Rubén Díaz, la recolección de la basura y el arreglo de las calles y carreteras es para todos y son servicios que no observan el estatus migratorio de los ciudadanos.
El presupuesto para estos servicios, al igual que el número de senadores, congresistas y asambleístas se determina en función del número de habitantes. Si no se contabilizan todos, la planificación se hace en función de cifras incorrectas.
Las autoridades del censo apelan a las familias de los inmigrantes en el exterior y hasta a los gobiernos para que motiven a sus ciudadanos para que ayuden a poner los matices del rostro demográfico estadounidense.
Esto será de beneficio en doble vía: aquí se sabrá cuántos son, de dónde vienen, dónde viven qué hacen, la edad y cómo lucen; y, Ecuador, por ejemplo, sabrá con más certeza cuántos de los suyos viven en EE.UU. Ninguna de las preguntas del cuestionario pide respuesta del estatus migratorio que tienen.
“Son 10 preguntas, que se pueden responder en 10 minutos y solo cada 10 años”, insiste Jaquez, que para aplacar el temor de los sin documentos jura que es información confidencial que no se va a compartir con el Servicio de Inmigración y en caso de ocurrir está penada con astronómicas multas y cárcel por años.
El mensaje es que si no quiere que a partir del 16 de abril lleguen a golpearle la puerta unas seis veces, llene el formulario si gusta en inglés, coreano, mandarín, ruso, bengalí y por supuesto en español.
Hay 13 millones de formularios en español lo cual Díaz agradeció, pues para él el censo del 2000 ignoró a los inmigrantes. El sacerdote Thomas Healy, cuya iglesia concentra a una mayoría de ecuatorianos en Corona, Queens, también está trabajando para que participen en el censo.
“En mi parroquia no tienen papeles y no se quieren censar, porque tienen miedo, pero me tienen confianza y si les digo que inmigración no va a venir por ellos me van a creer”.
La carta de Groves recuerda “que sin cifras realistas, el barrio donde vive podría no recibir el presupuesto justo”. Aún con ésta invocación y ésta intensa campaña, ecuatorianos como Ángel Aucanchela no sabe que el censo ya está rodando. “Será de analizar bien y ver si nos conviene dar información o no”.
Pero José Gómez, otro ecuatoriano de la misma área de Corona, sí responderá al censo. “No tengo miedo y estoy conciente de qué se trata. Incluiré a mis hijos y llamaré a mis familiares para que también se censen”.
Unos 590 000 ecuatorianos viven en EE.UU., según las cifras del Pew Hispanic Center, pero el censo ayudará a hacer un aproximado más actualizado.
Porcentaje de Hispanos que son ciudadanos
Origen Porcentaje
Puertoriqueños 99,4
Cubanos 74,1
Mexicanos 68,9
Dominicanos 67,7
Colombianos 61,9
Ecuatorianos 59,7
Peruanos 54,3
Salvadorenos 52,9
Gatemaltecos 46,8
Hondurenos 43,5
Fuente: Pew Hispanic Center