Los talleres de Carrocería Capaba, donde se transformaron las 115 furgonetas Kia Pregio en ambulancias, están cerrados. Estos funcionaban en el norte de Ambato.
La falta de trabajo afecta a la empresa. Un guardia de seguridad permitió el acceso por una de las puertas metálicas.
La firma tiene dos edificaciones construidas con cemento y madera. En la primera hay una bodega. En la otra funcionan las oficinas de la empresa. Por allí camina Carlos Paredes, gerente.
En su despacho, donde se exhiben modelos de buses que su empresa construye, contó que el 15 de enero de 2008 firmó el contrato de conversión de ambulancias con la empresa Euromedical de Quito. El costo por las adecuaciones de cada unidad fue de USD 2 300 y por las 115 unidades se pagaron USD 264 500.
Paredes guarda dos carpetas repletas con documentos. “Todo está claro y de acuerdo con la Ley. No hay nada que esconder. Estos documentos también se entregaron a la Contraloría”.
Luego mostró una fotografía de cómo llegaron los vehículos Kia. “Las furgonetas ya tenían algunas adecuaciones que Euromedical realizó. Los autos estaban pintados. Lo que se hizo fue hacer algunas adaptaciones que faltaban”. Según el empresario, durante dos meses, 20 trabajadores realizaron las adecuaciones a cada vehículo.
Ellos construyeron el tabique o pared de separación entre el conductor y la zona asistencial. También instalaron un cristal desplazable que ayuda en la comunicación entre el paramédico y el conductor del auto.
De acuerdo con el contrato, se colocaron dos barras verticales o manillas para que las personas que viajan en la ambulancia puedan sostenerse.
Se instaló un mueble modular para el tanque de oxígeno y se realizó el recubrimiento del suelo con un material conocido como maqueta antideslizante.
Los obreros colocaron una butaca reclinable con cinturón de seguridad para dos personas. Otras adecuaciones fueron colocar la camilla auxiliar fija tipo baúl con colchoneta y camilla móvil. Con este trabajo, la empresa tuvo utilidades del 15%.